Qué curioso que la jubilación se puede convertir en el periodo perfecto para desarrollar nuestras grandes aficiones. Esto es lo que le ocurrió a José Ignacio Águila, un vecino de Navalperal de Pinares que, tras toda una vida trabajando en el sector de la construcción descubrió tras jubilarse su gran pasión: la pintura.
Desde entonces, los cuadros ocupan todo su tiempo. «Decidí apuntarme con mucho entusiamo a una clase de pintura, con un buen profesor y buenos compañeros. Ahora todos somos amigos y se puede decir que formamos una pequeña familia», afirma el hombre, de 77 años.
Su nivel es tal que le ha llevado a exponer al público. A partir de mañana y hasta el próximo domingo 11 de agosto, una sala anexa del Museo Etnológico El Lavadero de Navalperal de Pinares albergará una muestra con las obras pictóricas de José Ignacio. Unos cuadros que, por cierto, también pondrá a la venta, por un precio que variará entre los 800 y los 1.500 euros.
Águila encuentra su inspiración en los rincones y paisajes de «su pueblo querido», por el que tanto apego siente. Ahora, sus convecinos y visitantes podrán disfrutar de la pintura de este jubilado que ha encontrado su gran afición.