Espectadores con el susto en el cuerpo

M.M.G.
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Algunos de los propietarios de las fincas afectadas por el fuego o de las que corrían más peligro contemplaban impotentes en la distancia los trabajos de los bomberos desplazados a la zona

Espectadores con el susto en el cuerpo - Foto: Isabel García

Esa de allí es nuestra finca». Nos la señalan con el dedo Gustavo ySonia, mientras sus hijos aguardan dentro del coche, aparcado en una de la pocas sombras disponibles a las tres y cuarto de la tarde junto a la rotonda en la que se han parado para contemplar el fuego. Seguimos con la mirada sus indicaciones y vemos un terreno pegado a la residencia canina que se encuentra en las inmediaciones de la N-403, en la subida a Sonsoles.

A sólo unos metros de allí, en un punto «muy focalizado», como decían los agentes medioambientales desplazados en la zona, comenzaba a la una de la tarde el fuego que tuvo en vilo durante casi cinco horas a muchos abulenses: a aquellos que contemplaban la columna de humo, muy visible en muchos puntos de la ciudad; y, sobre todo, a los propietarios de los terrenos que, viendo la velocidad a la que corrían las llamas en los primeros compases del incendio, corrían peligro de ser pasto de las llamas.

«Allí están mis suegros», nos decía Gustavo, mientras que Sonia nos explicaba cómo habían quitado la lona de su piscina para que los bomberos utilizaran su agua si era necesario. «¿Asustados?», respondían a la pregunta hecha por la redactora de esta casa. «Hombre, sí, pero es habitual que en verano haya incendios por esta zona», planteaba Gustavo que, según avanzaban los minutos, parecía ver claro que el fuego, afortunadamente, no iba a entrar a su casa.

No podía decir lo mismo Martín.  Si bien gracias al trabajo de los bomberos lograba salvar la vivienda, veía cómo el fuego quemaba parte del material que acumulaba en la finca, una pequeña piscina y varias arizónicas. «Me han avisado de que se estaba quemando mi finca», explicaba a Diario de Ávila protegido del humo con una mascarilla. El hecho de tener limpia de rastrojos la finca y los alrededores (precisamente por la posibilidad de que se produjera un fuego) sería la causa, según Martín, de que los daños no fueran finalmente a más.

Y también con preocupación, y pendiente del teléfono, nos encontramos con Ana (nombre ficticio). Ella es propietaria de otra de las fincas de la zona.La suya, nos decía, estaba algo más alejada de la carretera. «Sé que la casa no se ha quemado», nos decía respirando aliviada por ello. Pero no podía parar de pensar en los cuatro perros que su familia tiene allí. «Creemos que están bien», se mostraba confiada mientras esperaba a que le permitieran entrar para comprobarlo en persona.

Otros fuegos. Lo cierto es que no es la primera vez que este verano el fuego cobra protagonismo en esta zona de Ávila. A finales del pasado mes de  junio se registraba un fuego en una parcela sin urbanizar de la calle Siempreviva, colindante a la residencia DomusVi Decanos. Y a éste había que sumar otro incendio en unas parcelas ubicadas entre el Centro de Usos Múltiples Carlos Sastre y el centro de la ITV de Ávila, así como un tercero junto a la carretera de Burgohondo.  Y casi al mismo tiempo, se declaraba otro fuego en los alrededores del Centro de Logística de Castilla y León (Cylog), al norte de la ciudad.

De esto hablaban precisamente algunos de los curiosos que se paraban a contemplar los trabajos de los bomberos y del helicóptero que cada pocos minutos descargaba agua sobre las llamas. La posibilidad de que una persona hubiera provocado intencionadamente el fuego estaba en las conversaciones de algunos, mientras que otros criticaban el abandono de las parcelas que son, para aquellos que entran a Ávila por la N-403, la primera estampa que ven de la ciudad.