Carhesan es una industria cárnica que hunde sus raíces en el año 1957 en Muñana. Los fundadores fueron una pareja de ganaderos, criadores de vacas y corderos que, a mayores, compraban cerdos para la matanza, de donde después elaboraban embutidos y jamones para el autoconsumo y para comercializarlos entre sus vecinos. En 1981 cambiaron su perspectiva de negocio. Por aquella época ya habían abiertos mercados en Madrid, donde tenían una enorme demanda. «Nos dimos cuenta que nuestro producto era muy superior en el ránking nacional, estábamos en lo mejor», recordó Choni Hérraez, hija de los fundadores y actual secretaria del Consejo de Administración.
Ese éxito les obligó a ampliar sus instalaciones, dejando atrás la humilde granja familiar primero, y la fábrica de jamones y embutidos de Muñana, que ahora usan como tienda, después. En su lugar, y para adaptarse a los nuevos métodos, construyeron la nueva industria, situada en la carretera N-110, que da empleo a unas 70 personas de manera directa, entre ellos muchos descendientes de los fundadores. Como Héctor Jiménez, que integra la tercera generación. «Me encuentro en la sala de loncheado, pero todos conocemos los entresijos de cada puesto de trabajo», comentó. Un conocimiento que les será de mucha utilidad de cara al futuro, cuando hereden la dirección empresarial.
«Hemos hecho infinidad de cosas en las que hemos sido pioneros en el sector, como el envasado del embutido o la elaboración de una amplia gama de productos, tanto de cerdo blanco como ibérico», explicó Choni. Sus elaboraciones son muy demandadas por los clientes, entre quienes triunfa el jamón de bellota, su producto estrella. Su vínculo con la Junta (Tierra de Sabor) y la Diputación (Ávila Auténtica) les ha llevado a ferias por España y Europa, donde se han rendido a su calidad. Los 30.000 cerdos anuales que sacrifican son una garantía de éxito.