Candela Blanco Esteban está viviendo una vida americana. Así lo reconoce, como también lo hace al decir que su intención no es quedarse allí. Ahora se encuentra en Fayette (Misuri) estudiando en la Central Methodist University, en lo que es una oportunidad de conjugar su pasión con el fútbol con sus estudios universitarios.
Por el momento, está en el segundo año en la universidad, donde está haciendo una doble titulación teniendo en cuenta que allí no se llaman dobles grados sino que «puedes coger y mezclar las carreras», por lo que en su caso está haciendo Ciencias del Deporte y Psicología. La opción de estudiar fuera de España llegó «más por el fútbol» porque «estudiar puedo estudiar en España», señala. Pero aquí no se le ofrecía lo que se vive allí y «lo fácil que es compaginar el fútbol y los estudios si quieres jugar a un nivel alto».
Estar allí es «como en las películas», jugando en el equipo de la universidad, como también se hace con el resto de los deportes. Esa práctica deportiva forma parte de su rutina diaria donde, viviendo en una residencia en el propio campus de la universidad, por la mañana va a clase (con paso por la cafetería o la biblioteca) y por la tarde entrena todos los días, además de jugar dos partidos a la semana y descansar, «normalmente los domingos».
Antes de irse a Estados Unidos, Candela estaba en un equipo de Segovia y estudiaba Bachillerato en Ávila. Y entonces tenía claro que «quería jugar a un alto nivel» y para conseguirlo no podía hacerlo aquí. De ahí su opción de irse fuera.
Dar ese paso fue «tedioso» porque quería «ir sobre seguro». Esto supone hacer el proceso a través de una agencia, lo que ya incluso comenzó a mover en la ESO, preparándose para el examen que ellos tienen, como la prueba de acceso a la universidad que hay que hacer en España. Hizo el examen una primera vez e incluso una segunda «para ver si podía sacar un poco más de nota» y luego llegó el momento de hacer un vídeo a través de la agencia, en su caso con sus mejores jugadas en el fútbol, y es la propia agencia la que lo distribuye a las universidades. «Al final son los entrenadores los que te llaman, no es la universidad como tal por lo académico, sino que los entrenadores son los que te buscan, y tú decides qué es lo que quieres».
Su experiencia en la universidad y el fútbol fuera de España supuso un cambio para ella, aunque también reconoce que en su equipo «hay muchísimas internacionales. Yo creo que de 30 que somos solo hay cinco americanas», lo que supone que el cambio es algo más sencillo. Pero eso no quita que haya otras cosas a las que acostumbrarse, especialmente «los cambios a la hora de comer. Lo de comer a las 12 de la mañana y cenar a las 6 no lo llevé y no lo llevo muy bien. La verdad es que a mí me sigue dando hambre a las 3 de la tarde y a las 10 de la noche para cenar».
Aunque pueda parecer que su día a día es estudiar, entrenar y pasar tiempo con sus compañeras, también encuentra sus huecos para llamar a sus padres o a sus abuelos y para echar de menos a España, de nuevo especialmente con la comida. Aunque «de vez en cuando nos juntamos las españolas y hacemos una tortilla de patata», asegura.
Su idea es volver a España cuando acabe los estudios, aunque, por el momento, quiere «aprovechar todo lo que estoy viendo allí, todo lo que me estoy llevando y lo que estoy conociendo, que al final eso no me lo va a quitar nadie. No es una experiencia a la que todo el mundo tenga acceso y pueda vivirla. Me llevo todo lo que aprendo tanto del fútbol como de fuera del fútbol, de la vida en general. Pero quiero volver a España y utilizarlo aquí», asegura.