El abulense Pablo Rodríguez Martín tenía ganas de vivir experiencias internacionales y, sin duda, lo está consiguiendo. Ha pasado por Edimburgo, Roma y ahora Milán y quién sabe lo que le deparará el futuro. ¿Volver a España? Quizá. O tal vez no.

Pablo (32 años) estudió Economía y ahora mismo está trabajando en un departamento de finanzas de una empresa de software utilizada por empresas del mundo de la moda, lujo y belleza (Launchmetrics). Para llegar al que ahora mismo es su punto de parada en su camino primero estuvo en Edimburgo, desde 2017 a 2019, donde estudió un Máster en Administración de Negocios Internacionales y de ahí a Milán a trabajar en mayo de 2019. También estuvo en Roma tres meses aprovechando el trabajo remoto.

Pablo se fue de Ávila en 2017 pero su carrera profesionales ya había comenzado y había trabajado tanto en Ávila, en El Barraco en Huevos Redondo, como en Valladolid, como contable.

Pero no era suficiente para él y él mismo reflexiona que «tenía ganas de nuevos retos, de seguir aprendiendo y de vivir nuevas experiencias internacionales» tanto cuando se fue a Edimburgo o cuando llegó el momento de Milán «porque quería hacer otra experiencia en otro país y justo encontré un trabajo que se adaptaba a lo que yo buscaba así que pude venirme».

Además tuvo la suerte de que no le costó demasiado la adaptación, entre otras cosas porque «hablaba ya algo de italiano antes de venir así que todo fue muy bien».

Desde luego Italia no parece un país de vida muy diferente a España y así lo confirma el mismo Pablo cuando dice que «la vida en Italia es bastante parecida a la vida en España, les gusta socializar también, la gente suele ser abierta y los españoles somos siempre muy bien acogidos en Italia. Hay mucha pasión por la buena gastronomía y particularmente por la propia cocina italiana».

Lo que más le gusta de poder vivir esta experiencia en el extranjero es materializar su pasión por «poder descubrir nuevos sitios, sentir que descubres nuevos pueblos, ciudades y admirar la belleza de Italia». Pero toda cara de moneda tiene su cruz, y en su caso es «estar un poco lejos de mi familia y amigos».

El día a día de este abulense se centra en un trabajo «casi siempre desde casa» porque actualmente van «a la oficina uno o dos días así que me permite mucha flexibilidad para disfrutar del tiempo libre e ir a la piscina, hacer aperitivo (en Italia se llama aperitivo antes de cenar), ir al cine, etc».

Y en todo contexto es casi pregunta obligada cuáles son sus planes de futuro, si tiene idea de volver. Pero de momento esa idea no está entre sus planes, aunque también reconoce que no descarta «regresar a España en un futuro».