La localidad de Mijares en pleno revivió el pasado fin de semana su fiesta de los quintos, una tradición que viene a recrear todo lo que rodeaba a la talla de los jóvenes que tenían que incorporarse al servicio militar obligatorio después de cumplir los 18 años de edad, norma desaparecida hace varias décadas, y con la que se implica todo el pueblo.
Ocho fueron los quintos, seis chicas y dos chicos –Sergio Piedrabuena Sánchez, Jonathan Manzano González, Ainhoa Santos Arencibia, Andrea Álvarez-Ude Espinar, Indira López Rodríguez, Nerea García de Lucas, Candela Ayuso San Segundo y Valeria Blasco Sierra–, que protagonizaron este año esta fiesta, que dio sus primeros pasos varias semanas antes con la tarea de recoger leña del monte para dar el máximo combustible posible a la hoguera que se hace en la plaza del pueblo la noche del sábado central de la celebración.
Con ese trámite de recoger la leña ya cumplido, la fiesta propiamente dicha comenzó este fin de semana con los quintos acudiendo a la iglesia para poner a la Virgen el mismo pañuelo que se pusieron los propios jóvenes, una manera de identificarse y de contar con el 'amparo' de la patrona de la localidad.
La noche del sábado se llenó de luz y de calor al arrimo de la hoguera que ardió en el centro de la plaza, una cita llena de simbología a la que siguió la música de una verbena; todo el pueblo, también con mucha gente venida de municipios cercanos, disfrutó de la cita siendo partícipe de todo ello.
pasar por la talla. El domingo por la mañana los quintos fueron al Ayuntamiento para cumplir el trámite –antes obligatorio, ahora un bonito recuerdo– de tallarse para ir a la 'mili', una toma de medidas corporales a la que ahora también se suman las quintas.
Después de realizar la talla los quintos acudieron a la misa dominical, y tras ella recuperaron la tradición de 'dar la vuelta', pero como este año pudo estar presencialmente sólo un quinto todo el reparto se hizo sin moverse de la plaza, que es donde él vive.
Todo el pueblo disfrutó un año más de esta fiesta, teniendo entre los presentes al presidente de la Diputación, Carlos García.