Mas de un millar de integrantes del movimiento Comunión y Liberación de toda España siguieron desde el Centro de Exposiciones y Congresos de Ávila a través de vía satélite los ejercicios espirituales que predicó desde Rímini (Italia) el responsable del movimiento internacional, el madrileño Julián Carrón. Estos ejercicios espirituales se pudieron ver en más de 50 países, de ellos más de 20 europeos, pero también de Asia, África y Oceanía. Ayer se clausuraban con una misa en la Catedral de Ávila, presidida por el obispo de la Diócesis y concelebrada por más de una veintena de sacerdotes abulenses y de la propia Fraternidad de Comunión y Liberación.
Uno de los responsables nacionales del movimiento José Miguel Oriol indicó a este periódico que estos ejercicios espirituales son el momento central de la vida del movimiento. «Es el único gesto en el que participan no todo el mundo del movimiento, pero sí todos los que pueden participar», señaló. Añadió en este sentido que «como estamos en el Año de la Fe, ésta es la cuestión que ha centrado las reflexiones:la naturaleza del cristianismo y la respuesta de la fe». La exposición de esta temática a lo largo de este año será objeto de reflexión a lo largo del año dentro del movimiento, para comprender mejor qué significa la fe cristiana.
Estos ejercicios espirituales serán grabados para exponerlos en diversos países de América latina, porque en muchos puntos los integrantes del movimiento no pueden acceder, y el responsable del movimiento internacional no puede acceder a todos ellos.
Estos ejercicios espirituales se realizan desde Rímini por el responsable internacional del movimiento, el español Julián Carrón, que desde esta ciudad italiana, y acompañado por más de 25.000 personas, se ha encargado de predicar los ejercicios espirituales que se han prolongado a lo largo del fin de semana.
José Miguel Oriol destacó que este año ha habido más concentración de personas en estas concentraciones que en años anteriores. Destacó también los momentos de reflexión en las asambleas que se organizan el sábado por la noche en cada uno de los más de treinta hoteles en los que estaban hospedados.