La familia del atletismo abulense finalizó el 2024 de luto. Alfredo Rodríguez Resina, campeón de España de 600 metros lisos en 1968, falleció el pasado sábado 28 de diciembre a los 73 años de edad. Un suceso que sumió a sus familiares de sangre y deportivos en un profundo pesar. De hecho, minutos antes de la popular Carrera del Pavo del último día del año, la organización guardó un respetuoso minuto de silencio como homenaje a la memoria de un hombre que tantas veces ganó esta prueba durante la década de 1980.
Diario de Ávila publicó en sus páginas muchos de los triunfos que Rodríguez Resina logró durante su trayectoria deportiva. Aunque la principal fue la que logró en el año 1968, cuando se proclamó campeón nacional de los 600 metros lisos en los Juegos Deportivos organizados por la Organización Juvenil Española (OJE). Y, además, lo hizo con un tiempo de 1'26'' 4''', lo que permitió el récord de la prueba de aquel momento y que tardó bastante tiempo en superarse. Alfredo fue un pionero del atletismo en Ávila, de los que corrían cuando correr sí era de cobardes. Y, gracias al deporte, conoció a su mujer Nieves, con quien compartió el gusto y la práctica del deporte. Una dedicación que luego heredaron sus hijos. «Desde muy joven siempre tuvo esa faceta de atleta, que se prolongó hasta la edad de senior, cuando siguió compitiendo a nivel más local, más de Castilla», explica su yerno Pedro Mora. De hecho, era bastante habitual que siguiera ganando carreras incluso cuando ya era algo más veterano. «Mi mujer siempre me cuenta la anécdota de que, siendo ella muy pequeña, preguntaba si ya había ganado su padre», comenta.
Su trayectoria deportiva es bastante conocida, pero menos lo fue su faceta humana. Alfredo Rodríguez Resina trabajó durante toda su vida profesional como empleado en la sede central de la Caja de Ahorros de Ávila (la actual CaixaBank) en la plaza del Mercado Grande. Una labor de cara al público que le granjeó un don de gentes que extrapoló a su vida personal. Porque también fue durante muchos años presidente de su comunidad de vecinos en la calle Jesús del Gran Poder, cerca del barrio de Las Vacas. «Él siempre asumía de manera voluntaria la presidencia y estaba continumente tratando todos los problemas propios de la comunidad», recuerda su yerno.
Esa labor humana le llevó, incluso, a presentarse en las listas para las elecciones a las Cortes de Castilla y León del año 1999 bajo las siglas de la Falange Española y de las Jons en el puesto número siete. Sin embargo, no salió elegido. «Tenía mucho afán de ayudar y de estar preocupado por los demás, algo que, por supuesto, también trasladó a su faceta familiar», afirma, emocionado, Pedro Mora.
«Alfredo es un referente familiar, social y deportivo para la ciudad de Ávila», confiesa su yerno. De ahí que considere que, desde el Ayuntamiento, se le haga un homenaje a la altura de todo lo que dedicó a su ciudad. «Creo que Alfredo, a nivel de Ávila, es una referencia. Hay que celebrar lo poco que tenemos y sentirnos orgullosos», declara. Por tanto, su yerno es partidario de impulsar una iniciativa para que Rodríguez Resina tenga un espacio o un recuerdo dentro de la capital abulense. No solo por su faceta deportiva, que también, sino por su faceta humana y la dedicación que realizó por su ciudad hasta sus últimos días.
Ávila no es muy dada a contar con campeones nacionales y, muchos menos, internacionales. De ahí que haya que homenajear y sentir orgullo por quienes sí lo fueron. Uno de ellos fue Alfredo Rodríguez Resina, que siempre estará en la memoria de quienes le vieron correr y ganar y de todos aquellos que trataron con él durante sus 73 años de vida.