Editorial

Una cosecha que no debe desesperar a un sector vital en la provincia

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Dice el refranero popular, que siempre es sabio, que "nunca llueve a gusto de nadie", y el hombre del campo bien lo sabe. Los factores meteorológicos, que son totalmente incontrolables, hacen que dependiendo del momento en que lleguen propicien que una cosecha sea excelente o bien quede sumida en la mayor absoluta de las ruinas.

Unas fuertes precipitaciones, unas heladas inesperadas, una sequía prolongada, una granizada cuando el fruto está a punto de recogerse hacen que el trabajo desarrollado durante todo un año quede tirado por los suelos, como también puede ocurrir que una lluvia llegada en el último momento propicie que una determinada cosecha pase de ser buena a excelente.

Son caballos de batalla contra los que los agricultores no pueden luchar, y eso exige contar con unos seguros que recojan la sensibilidad de los agricultores sin que se conviertan en un quebradero de cabeza más que ponga en riesgo la subsistencia de un sector que cada vez cuenta con más trabas para salir adelante. Y que necesita que nuevos profesionales se acerquen para su desarrollo, porque estamos ante un sector, y más en provincias como la abulense, que es fundamental para que el medio rural siga teniendo una importante presencia. Y eso requiere sabia nueva que le propie una renovada vitalidad y el poder mirar al futuro con cierta esperanza.

Un ejemplo de esa catástrofe se ha vivido este año en el Valle del Tiétar con la cosecha de la cereza. Si ya la campaña del año anterior fue mala, y las condiciones meteorológicas no acompañaron al desarrollo final de un producto que es extremadamente sensible, las prolongadas lluvias que llegaron durante el mes de mayo de este año hicieron que la presente campaña haya sido ruinosa, y que la mayor parte del producto se estropease y los precios con las que salieron al mercado las cerezas que quedaron sanas tampoco permitieron que se salvase.

Pese a ello toca mirar al futuro, y pensar que estamos ante un producto de excelente calidad que tiene una gran acogida en el mercado, y estas vicisitudes no deben desanimar a unos productores que se ven obligados a diversificar sus cultivos para tratar de sacar adelante sus explotaciones agrícolas. Y para ello es necesario que cuenten con el respaldo de las administraciones, para prestar ese apoyo y ese respaldo a un sector primario que, aunque esté muy castigado, debe seguir manteniendo una importancia que nunca debió perder, porque buena parte del futuro de esta provincia pasa por un sector agroalimentario que está llamado a tirar del carro de esta provincia.