Ante la falta de oportunidades laborales que sufren los pueblos, sus habitantes tienen dos opciones: o marcharse o emprender. María Teresa Muñoz tomó la segunda opción. En el 2001, con apenas 23 años, montó el hotel rural 'Manantial de Gredos'. «Yo siempre tuve claro que quería quedarme en el pueblo. Y, ante la falta de trabajo, fui una de las pioneras en apostar por el turismo rural en El Arenal», recuerda.
De casta le viene al galgo. Los padres de Teresa llevaban el 'Mesón El Trabuco', situado en el centro del pueblo. El terreno sobre el que se asienta el hotel era el antiguo huerto que proveía de productos al restaurante familiar. Teresa construyó una casa que es, al mismo tiempo, su negocio y su vivienda. Porque, en la buhardilla del edificio, vive ella con sus hijas y su madre.
La capacidad del hostal es de unas 15 personas (seis habitaciones dobles y una triple), con una estancia mínima de dos noches. «La mayoría de nuestros huéspedes son gente de Madrid que quiere huir y pasar unos días de descanso en contacto con la naturaleza», afirma. Sin embargo, también reciben bastantes visitantes franceses (como consecuencia del hermanamiento con Sabres) y alguna esporádica sorpresa exótica (hace poco alojó a una pareja procedente de los países nórdicos). El flujo de turistas es constante, lo que permite a Teresa mantener ocupado el hotel durante todo el año. Aunque es en puentes y fiestas cuando más demanda recibe.
'Manantial de Gredos' tiene un restaurante que está disponible para comidas y celebraciones de todo tipo. «Los fines de semana ofrezco menús de degustación con productos de temporada de la huerta dándoles una vuelta, elaborando recetas nuevas. Al final, la comida tradicional se encuentra en todos los lados», argumenta. Quien quiera probar esos platos debe ir al hotel 'Manantial de Gredos' y disfrutar de los beneficios del paraíso.