Carmelo Hernández es un abulense, de Muñana por más señas, que por motivos laborales –trabajó varias décadas en la gestión de empresas multinacionales del sector turístico– recorrió numerosos países de todo el mundo, tiempo durante el que nunca dejó de practicar una pasión por la fotografía que siempre le ha acompañado.

Ahora, ya jubilado y de nuevo residiendo en Ávila, ha querido compartir con la sociedad abulense algunas de esas miles de fotografías tomadas en todos los continentes, una forma de contar la belleza y variedad del mundo a través de las imágenes que a él le han impresionado que tomó hace unos meses la forma de una exposición en Los Verdugo, y que ha vuelto a tomar ese mismo cauce en otra muestra que inauguró ayer en el Episcopio, en ambos casos con la colaboración del Ayuntamiento.

Esta exposición, titulada 'Memorias de viaje', reúne 45 fotografías a color, todas del mismo tamaño, que dan fe de algunos de esos muchos lugares que Carmelo Hernández ha visitado a lo largo de su vida, optando en la mayoría de los casos por vistas generales que dan una visión digamos que muy documental de lo que narra, aunque dejándose llevar también en algunos casos por una apuesta por el detalle que busca no sólo contar sino también insinuar.

Argentina, Escocia, Siria, Francia, Austria, Alemania, Bélgica, Suecia, Italia, Estados Unidos, Países Bajos o Dinamarca son algunos de esos países retratados por Carmelo Hernández y ahora seleccionados para esta exposición, que el autor inauguró acompañado por el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Ávila, Ángel Sánchez, el cual invitó a los abulenses a visitar esta muestra «que  nos habla de la belleza de este mundo que por diferentes motivos no podemos conocer, de una manera interesante con fotos maravillosas». Una de las características que definen las fotos es que en ninguna salen personas, excepto en una que es autorretrato… aparte de otra en la que la atención la centra un grupo de personas tomadas desde lejos.

La exposición, en la que su autor manifestó que procurará estar el mayor tiempo posible para atender a los visitantes, puede visitarse hasta finales de septiembre en el Episcopio, de martes a viernes de 19,00 a 21,00 horas, sábados de 12,00 a 14,00 y de 19,00 a 21,00, y domingos de 12,00 a 14,00 horas.