El Ayuntamiento de Ávila ha comunicado a la Federación de Asociación de Vecinos de Ávila que, de momento, no va a poder renovar el convenio que tienen suscrito para el presente año, al menos hasta que no tengan presupuestos, así lo ha reconocido el portavoz de la FAVA, Marco Antonio Serrano, a Diario de Ávila. En una reunión del consejo de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Ávila de finales del pasado año se daba cuenta de ese hecho y para el próximo 9 de marzo está convocada la asamblea general ordinaria donde se abordará este asunto, pero la preocupación ha empezado a llegar ya a las asociaciones de vecinos que ven que si se quedan si esas subvenciones municipales tendrán que cerrar sus puertas y dejar de organizar actividades. Yse está hablando de unas entidades que tienen más de 11.000 asociados.
Jesús Herrero, secretario de la Asociación de Vecinos de La Toledana y vocal de la FAVA, reconocía que «tenemos una situación muy delicada», porque del dinero procedente de ese convenio «se pagan muchos suministros, incluida la luz» de las distintas sedes de las asociaciones de vecinos. Con lo que, a su juicio, «se genera un problema» y si no llega ese dinero «no sé si alguna asociación tendrá que cerrar».
La aportación municipal que llega del Ayuntamiento de Ávila a las asociaciones de vecinos vienen a través de dos cauces. Por un lado con la aportación que realiza a la FAVA, que asciende a 110.000 euros al año, que se reparte entre las entidades que la integran en función del número de asociados que tienen. Por otra parte, también reciben aportaciones a través del Consejos de Barrio. Y la tercera vía de financiación se produce a través de los cuotas de los socios. Con esas cantidades, además de realizar sus talleres, actividades, semanas culturales, etc., también deben hacer frente a los gastos de mantenimiento de sus sedes, edificios cedidos por el Ayuntamiento pero donde deben asumir los gastos corrientes. De hecho, la factura de la luz la asume la FAVA a través de esa subvención, pero otros gastos tienen que ser costeados con esas ayudas.
Natalia Vallejo, presidenta de la Asociación de Vecinos San Nicolás, es contundente: «Si no se renueva el convenio, no se cómo vamos a existir», con lo que asegura que la situación es «preocupante». De hecho en esta asociación ya han empezado a tomar decisiones, ya que ahora debían renovar el contrato con la empresa de limpieza y de momento no lo han hecho porque no les pueden garantizar que puedan hacer frente a su pago, «y antes de que eso suceda, y de que no podamos pagar, preferimos avisar». Y es que en principio, con estas condiciones, sólo podrían mantener la sede abierta hasta el mes de junio. Y sin sede se acabarían los talleres. Natalia Vallejo explica que la sede de la asociación es «un centro de reunión», donde la gente, sobre todo mucha gente mayor, acude a las actividades que, si no las tuviesen, no saldrían incluso de casa. Con lo que si no se renueva ese convenio precisa que «estaríamos hablando de unas 120 familias que se quedarían como cojas». Y añade que «en la junta directiva ya lo hemos hablado, cerraremos la sede, daremos las llaves al Ayuntamiento y que pase lo que tenga que pasar». Y apuntaba que «no podemos hacer otra cosa porque no hay dinero», y eso que, según apuntaba, «nosotros hacemos muchas actividades que las estamos autofinanciando», pero una asociación pequeña como ésta de San Nicolás, que no llega a los 400 asociados, habría gastos que no podría asumir.
«Entregar las llaves». Estrella González, presidenta de la Asociación de Vecinos Arturo Duperier, se muestra en la misma línea. «Vamos a aguantar todo lo que podamos, pero si no dan subvenciones, al final vamos a tener que entregarles las llaves». Estrella apunta que «de momento no» han tomado ninguna medida, pero desde la junta directiva ya se están prepararando por si hubiera que hacerlo «porque si no dan subvenciones no podemos hacer las actividades, ni la Semana Cultural, ni nada de nada». Y también se vería afectada su sede, «porque no nos van a pagar ni la luz» y llegado el momento «no nos quedaría más que cerrar» y que «tengamos que entregar todos las llaves».
Antonio San Cristóbal, presidente de la Asociación de Vecinos Valle Amblés, apunta que «si no recibimos el dinero para los locales, nos cortará la luz a todas las asociaciones» y va más allá en su crítica porque, a su juicio, «lo que quiere este ayuntamiento es que se cierren todas las asociaciones de vecinos para que no le demos guerra ni le pongamos ningún tipo de obstáculo y así podrá campar a sus anchas».
San Cristóbal recuerda que la FAVA asume los contratos de la luz de las distintas asociaciones y si no llega esa ayuda se tendrá que cortar. Y precisa que si «asfixian» a las asociaciones, ese papel que tienen para hacer llegar al Ayuntamiento los problemas que tienen los vecinos de la ciudad se acabará.
Isabel Hernández, portavoz de la Asociación de Vecinos El Seminario - Zona Norte, asegura que si se eliminase ese convenio afectaría «un poco a todo». Así, recuerda que «nosotros tenemos dos subvenciones con el Ayuntamiento. Una que es la que se recibe a través de la FAVA y otra es la de los Consejos de Barrio. Las asociaciones no tienen más ingresos», aparte de los cuotas de las socios. Entonces, sigue diciendo, si no llegan «influirá en todo lo que son las actividades de los vecinos, deportivas, culturales, tanto para gente mayor como para niños, que de otra forma tendrían que pagarlas, o pagar cuotas más elevadas, ya que es mucho más barato que se apunten con la asociación, y hay gente mayor que incluso no podría costeárselo». En el caso de esta asociación, también les afectaría a la organización de la tradicional Carrera del Pavo, que costean con esta subvención. Y en el día a día, añade, «las sedes de las asociaciones están cedidas por el Ayuntamiento. Nosotros no podemos reformar los locales que tenemos asignados, y llevamos años intentando que se nos renueve el convenio porque estamos en un local que necesita reformas».
Aún así, Isabel Hernández reconocía que «nosotros somos de las asociaciones más grandes, junto a la de la Toledana, y nos afecta, pero les afecta más a las pequeñas, porque no pueden hacer ninguna actividad».
Finalmente, Ana Belén Martín, presidenta de la Asociación de Vecinos de Bernuy Salinero, se muestra en la línea del resto y precisa que sin esa aportación «las asociaciones de vecinos poco pueden hacer sin ella, porque la mayoría de nuestras actividades las hacemos con el dinero que tenemos de las subvenciones de la FAVA y del Consejo de Barrios». Y aunque cuentan con una cuota de sus socios «con eso no puedes hacer nada», afirma Ana Belén Martín, y mas en su caso que pertenecen a un barrio anexionado, sin ayuntamiento propio, y que dependen totalmente de lo que el Ayuntamiento de Ávila «nos quiera dar y lo que se pueda contratar». La presidenta de la Asociación de Vecinos de Bernuy Salinero insiste en que aunque es un barrio en el que apenas viven 30 personas en invierno, en verano la población llega hasta las 300 personas, incluso, recalca, ellos cuentan con más de 300 asociados y buena parte de la actividad que se desarrolla en el barrio depende de lo que se impulsa desde la asociación. En este sentido, desde esta asociación también denuncian que «estamos completamente abandonados, y también la Asociación de Vecinos tiene que intentar paliar ese abandono que tenemos».
Preguntado el Ayuntamiento de Ávila por la no renovación de este convenio con la FAVA y los motivos, no se ha recibido contestación alguna.