La asamblea general ordinaria de la FAVA del próximo 9 de marzo también tendrá sobre la mesa otra situación que se ha prolongado en el tiempo, ya que desde que presentó su dimisión Javier Cerrajero como presidente en febrero de 2021 desde entonces ese puesto no ha estado ocupado y lo ha estado ejerciendo en funciones la vicepresidenta, María Montserrat Pich. El mandato de esta junta directiva llega a su fin en el mes de julio y según afirma Marco Antonio Serrano, portavoz de la FAVA, para proceder al nombramiento habría que convocar una asamblea general extraordinaria y a estas alturas ya no tiene mucho sentido.
Es más, Serrano considera que el funcionamiento de la FAVA no se ha visto afectado por no contar con un presidente. «El presidente es una figura institucional de representación, básicamente. Pero sus competencias están completamente asumidas por la vicepresidenta, por lo que no hay mayor problema». Además, defiende, «ahí están nuestras cifras:Socios récord, reparto de dinero récord, eficiencia récord... Funcionamos como una máquina».
En este sentido, desde la mayor parte de las asociaciones reconocen que el no haber contado con un presidente en la FAVA no ha afectado a su funcionamiento. Más complicaciones ven en quién asumirá el relevo para la siguiente legislatura.
Jesús Herrero, vocal de la FAVA, precisa que, aunque han intentado cubrir esa vacante, «no se ha presentado nadie» e insiste en que «no ha afectado absolutamente a su funcionamiento» el no haber contado con esa figura. De cara al próximo periodo de elecciones, que tendrá que venir el próximo mes de julio y cuyo calendario debería quedar definido en la asamblea del próximo 9 de marzo, Herrero espera que haya candidatura, aunque precisa que no es una tarea sencilla. «Es una entidad sin ánimo de lucro, y la gente hace su labor dentro de lo que puede. Y el estar en la junta directiva de la FAVA, más luego en tu asociación, lleva un tiempo que te lo tienes que quitar de otras cosas», precisa Herrero lo que hace que no sea una tarea sencilla de asumir.
Y así lo reconoce también Natalia Vallejo, de San Nicolás, que apunta que «la asociación te absorbe muchísimo tiempo y con los trabajos voluntarios, pues ya se sabe... Y en la FAVA la dedicación es aún mayor al tratarse de un conjunto de asociaciones». De hecho pone el ejemplo de su asociación y las dificultades que tienen para asistir a las reuniones de la FAVA por motivos laborales.
Isabel Hernández, del Seminario, apunta una cuestión más, y es que «la mayoría de la gente que está en las asociaciones es gente mayor y no quiere implicarse». Y de cara al futuro de la FAVA tampoco lo ve sencillo, y no tanto por la cuestión económica. «Tendría que salir una candidatura de consenso, en la que hubiese representación de todas las asociaciones, y es muy complicado. Al final todo el mundo quiere su minuto de gloria y es complicado».
Por su parte, Estrella González, de Arturo Duperier, también reconocía que la situación que se ha vivido en la FAVA sin presidente no ha afectado a su funcionamiento porque sus integrantes «lo han sacado adelante». Ahora bien también ve «muy complicado» que pueda salir una candidatura que asuma la dirección de la federación a partir de julio. Yañadía:«A ver si hay una persona joven que se decide y que lo asuma».
El más crítico con la situación que se ha vivido en la FAVA es Antonio San Cristóbal, de la Asociación Valle Amblés, y considera que en el momento en que se produjo la dimisión de Javier Cerrajero, la junta directiva «tendría que haber dimitido en bloque, haber convocado unas nuevas elecciones y que una nueva junta directiva se hubiese puesto al frente de la FAVA». Y añadía que «nosotros en todas las reuniones decimos que nos parece vergonzoso». Ytambién considera que la FAVA tendría que tener un papel «más reivindicativo» y que «trabaje por los ciudadanos. Pero el Ayuntamiento ya se ha encargado de cargarse a la FAVA».