"Después del accidente he tenido muchísimos días de felicidad"

E.Carretero
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Hace cinco años, con 34, Diego García sufrió una caída durante una prueba deportiva que le produjo una lesión medular. Aunque desde entonces se mueve en silla de ruedas asegura que a día de hoy lleva «una vida normal»

"Después del accidente he tenido muchísimos días de felicidad" - Foto: David Castro

El 12 de mayo de 2018 a Diego García Jiménez la vida le cambió por completo. Ese día, junto con unos amigos este joven, que entonces tenía 34 años, participaba en un triatlón en Pamplona. Había terminado ya de nadar y cogió la bici. Al poco de empezar a pedalear se salió por una curva, cayó por un terraplén y se golpeó la espalda. Perdió el conocimiento y al despertar estaba en el fondo de un barranco con mucho dolor de espalda y no sentía las piernas. Se había fracturado la séptima vértebra y dañado la médula espinal. Pasó quince días en el Hospital de Navarra y de allí le trasladaron al Hospital de Parapléjicos de Toledo. 

«Es un golpe duro. A Toledo llegas con el ánimo de recuperarte y realmente allí vas a aprender a vivir en sillas de ruedas», reconoce este joven de El Fresno que en este hospital, referente nacional para los lesionados medulares, pasó nueve meses. De allí salió el 23 de enero de 2019. «Esa salida es difícil porque en ese momento es cuando descubres la gravedad y te das cuenta de que vas a tener que manejarte el resto de tu vida en silla de ruedas », reconoce quien a partir de ese momento tuvo que empezar a salvar los obstáculos tanto físicos pero sobre todo mentales derivados de su nueva situación.  «Querer adaptarte a la vida que tenías antes, cuando es totalmente diferente, es complicado», afirma este lesionado medular que sin embargo a día de hoy hace una vida completamente normal y autónoma. 

Diego, que llevaba casado nueve meses cuando tuvo el accidente que le dejó sin sensibilidad y sin movilidad de cintura para abajo, reconoce que «la sociedad no está preparada para integrar a una persona con discapacidad» pero no tanto por las barreras físicas sino porque «muchas veces no nos ponemos en el lugar de la otra persona  hasta que a nosotros no nos pasan las cosas».  

«Yo hago una vida normal, solo que me desplazo en silla», asegura este lesionado medular que a día de hoy es capaz de ir a hacer la compra solo, viajar o conducir. «No necesito ayuda de nadie. Soy independiente por completo», afirma antes de apuntar que el Diego de hace cinco años nunca hubiera imaginado que esto sería posible. «Soy uno más, pero yo me desplazo rodando», resume su situación. 

«Las dificultades se salvan y los problemas se superan. Es cuestión de fuerza de voluntad y muchas ganas», afirma Diego para quien las peores barreras son las «mentales» «Si cuando salí del hospital me quedo en casa metido ahora sería un vegetal. No podía hacer eso:yo tenía que salir de casa, hacerme el fuerte, superar los problemas y vivir», apunta al hablar de lo que le llevó a superar la adversidad y a conseguir llevar hoy una vida «normal». 

«Después del accidente he tenido muchos días de felicidad; muchísimos», asegura sin dudarlo cuando se le pregunta si después de algo así se vuelve a ser feliz y pone como ejemplo el nacimiento de su hijo o el viaje que no hace mucho junto con su mujer hizo a los lagos de Covadonga. 

aspaym. Aunque hay excepciones, asegura que el apoyo de su familia, amigos, de su mujer Rosalía y también de Aspaym ha sido fundamental. A la asociación, de hecho, Diego empezó a acudir una semana después de ser dado de alta en Toledo y desde entonces no ha dejado de ir. «Aparte de apoyo moral, venir aquí  te ayuda a levantarte con más ánimo, con la meta de venir a mejorar y de encontrarte físicamente fuerte», dice para referirse a  la importancia de la rehabilitación que aquí recibe para movilizar piernas o  fortalecer el tronco y que para él es vital. «Para un lesionado medular estar activo y moverse es muy importante», reconoce Diego que, además de la fisioterapia que diariamente recibe en Aspaym, desde hace algún tiempo practica handbike o bicicleta de mano. 

Este 5 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Lesión Medular, de la que en Ávila están diagnosticadas un centenar de personas entre ellas este joven que pese a la silla de ruedas en la que se mueve desde hace cinco años ha conseguido hacer una vida normal.