Los hogares españoles desperdiciaron durante el año 2022, último ejercicio del que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ofrece datos, un total de 1.170,45 millones de kilos o litros, lo que supone un 6,1 por ciento menos que el año anterior, y un 13,5 por ciento menos respecto del año 2019, antes de la pandemia. En términos absolutos, se tiraron a la basura 75,41 millones de kilos o litros menos que en 2021 y 182 millones menos que en 2019, reducción equivalente al desperdicio de dos meses respecto de antes de la pandemia. Pese a todo, y a esa aparente cada vez mayor concienciación social, cada hogar español desperdició, de media, aproximadamente 65,5 kilos-litros de alimentos y/o bebidas durante el año 2022.
Los productos sin elaborar siguen siendo los más desechados, si bien otra parte importante de la comida que se tira a la basura corresponde a platos ya preparados, que van al contenedor directamente desde la cazuela o el plato o desde la nevera.
De tal calado es el problema que en enero de este año el Gobierno inició los trámites para dar forma a una ley que fomente actuaciones que eviten la pérdida de alimentos en toda la cadena alimentaria, desde la cosecha hasta el consumo. Reducir el desecho a la basura de alimentos sin consumir y favorecer un mejor aprovechamiento de éstos es el objetivo del proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, la primera regulación sobre esta materia que se promulga en España.
Toixos planta cara al desperdicio alimentarioConcienciado con este problema, y mucho antes de que el Gobierno tomara cartas en el asunto, está el cocinero y empresario abulense Iván Hernández, que pasó por el programa de televisión Top Chef y trabajó para el restaurante Celler de Can Roca, y quien ya hace tiempo empezó a aportar su granito de arena para tratar de evitar este despilfarro que no solo es económico sino también energético y de recursos, además de un tema de conciencia y responsabilidad social.
Poco antes de la pandemia, y cuando apenas se hablaba de desperdicio alimentario como un asunto de primer orden, Hernández, que está al frente desde hace tiempo de Toixos, una empresa que ofrece cátering de calidad tanto de cocina tradicional como de vanguardia a la vez que un servicio internacional de asesoramiento gastronómico, decidió poner de su parte para evitar que en los hogares se tire comida a la basura a diario. Así fue como en enero de 2020, muy poco antes de que el covid-19 irrumpiera en nuestras vidas de forma tan violenta, Toixos comenzó a comercializar una línea de platos deshidratados pensados para aprovechar los excedentes de productores agrícolas, favorecer el consumo responsable en los hogares y ahorrar costes energéticos. Eso sin olvidar la calidad y el sabor. Una ecuación aparentemente complicada, por cuanto implicaba conjugar muchos factores, pero que Toixos resolvió con éxito, como reconoce el popular cocinero y empresario.
En la actualidad la gama de deshidratados de Toixos ofrece risotto, crema Vichyssoise, un falso arroz negro, quinoa con algas y atún, quinoa con setas y, en el apartado de postres, también arroz con leche. Estos productos, comenta Hernández, están disponibles en los supermercados de la cadena Carrefour así como también en Ávila en La Marina y El Colmado de Soraya.
El compromiso de Toixos con el consumo responsable de alimentos implica toda la cadena ya que, como apunta Hernández, la empresa compra excedentes del campo para elaborar estos platos deshidratados. Se refiere a aquellas hortalizas o verduras que los productores no logran poner en el mercado o que en un comercio no se venderían porque no tienen la mejor imagen pero que nutricionalmente son perfectamente comestibles. Además, y dentro de lo posible, es prioridad de Toixos recurrir a productores de la provincia de Ávila a la hora de abastecerse para la elaboración de estos platos desecados que bien con agua o con leche se hidratan para dar la consistencia de plato recién elaborado.
De estos platos destaca Hernández su larga caducidad, ya que son aptos para consumir hasta en dos años desde su fecha de elaboración. También que no requieren de conservación en frío, lo que evita el uso de frigorífico, y apenas requieren de energía para su preparación ya que, pese a otros productos similares de la competencia, los platos deshidratados de Toixos ya vienen casi cocinados con lo que necesitan de muy poco tiempo de cocción o calentamiento para su regeneración.
Además de reducir el consumo de energía y favorecer el despilfarro gracias a su larga caducidad, la gama de deshidratados de Toixos puede presumir de contar con «superalimentos» ya que todos los platos de este tipo que elabora la empresa de Iván Hernández cuentan con la categoría A en el modelo Nutri-Score, lo que significa el máxima valoración en lo que respecta a calidad nutricional global de los alimentos
Pero Toixos va más allá ya que su responsabilidad no solo es medio ambiental sino también social teniendo en cuenta que el proceso de envasado de su gama de platos deshidratados se realiza desde Fundabem.
también sabor. Y todo esto sin olvidar el sabor ya que, asegura Hernández, la gama de deshidratados de Toixos no solo cuenta con platos saludables y es respetuosa con el medio ambiente y comprometida socialmente sino que también puede presumir de platos que «están muy ricos porque son básicamente como recetas de chef». Esto se consigue, explica el cocinero, gracias a que los platos desecados de Toixos también incluyen caldo, también deshidratado, que potencia el sabor. Además, para que el comensal aprecie todas las potencialidades de estos platos cada producto lleva un QR con las instrucciones de elaboración y un vídeo en el que Iván Hernández explica cómo regenerar el producto, lo es muy sencillo.
«Es un producto que en el futuro va a tener su hueco en el mercado porque tiene muchas cualidades», asegura el CEO de Toixos al hablar de los platos deshidratados.