Documentos secretos sacados a la luz por investigadores de Diario de Ávila, confirmados en sus conclusiones por otros que acaban de ser desclasificados por el propio excmo ayto, han descubierto que el verdadero motivo por el que la ciudad de Ávila está dese hace varias calendas llena de obras, razón hasta ahora oculta o disimulada por los responsables municipales (también por los irresponsables), es abrir un nuevo nicho de mercado en el turismo nacional e internacional, cuyos potenciales destinatarios serían los jubilados y otros ciudadanos afines a ese campo creativo.
Cubiertos ya todos los huecos para captar la atención del turista interesado en el patrimonio monumental, en el prehistórico, en el musical, en el gastronómico, en el natural, en el místico, en el esotérico e incluso en el vencejil, diose cuenta el excmo ayto que quedaba sin cubrir ese campo de las obras, amplio en ofertas y lleno de posibilidades, y púsose manos a la obra… nunca mejor dicho. Y ahí está, la obra –en minúscula, no la liemos– elevada a categoría de hecho diferencial turístico, ¿cómo no se le había ocurrido a nadie antes?
El Inserso, que ya ha tomado oportuna nota de esta iniciativa llena de potencialidades, ha comenzado a preparar, en paralelo con los que tienen destino en las costas mediterráneas y de otras latitudes peninsulares, viajes a la ciudad de Ávila para que los jubilados y los pre puedan venir a cumplir el tópico de pasar su tiempo viendo obras. El que suscribe incluso ya ha presentado una instancia para no quedarse sin plaza cuando sea posible cliente de ese negociado, que parece que habrá muy amplia demanda.
Jubilados del mundo y apasionados del movimiento obrero en su acepción práctica y no reivindicativa, dirigid vuestros ojos a Ávila y descubrir que en ella podréis disfrutar, desde que salga el sol hasta que se ponga, de obras por doquier, grandes y pequeñas, a punto de acabar y recién inauguradas, una variedad infinita y simpar. P'al próximo Fitur lo petamos.