La Facultad de Educación y Turismo de Ávila de la USAL acogió este lunes, 11 de marzo, la visita de Cruz Roja Ávila para acercar el voluntariado a sus alumnos y ofrecerles la realidad de las personas refugiadas a través del Programa de Refugiados en España, así como la presentación de diversas actividades en las que se conocieron cómo y dónde participar como voluntario. Además, también se contó con la intervención de dos voluntarios que explicaron su experiencia dentro del voluntariado.
La responsable de voluntariado y formación de Cruz Roja, Teresa González, aseguró que «voluntariado siempre hace falta» y que «siempre es importante que las personas acudan a Cruz Roja», ya que cuentan con «muchísimas actividades que podemos ofertar». Además, en relación a las actividades que se pueden desarrollar dentro del voluntariado, Teresa González destacó que los interesados «pueden participar en las que ellos se sientan también más cómodos».
Actualmente la cifra de voluntarios con la que cuenta Ávila y provincia está «rozando prácticamente los 1.000 voluntarios», entre los que se pueden encontrar chicos jóvenes y algún alumno de la USAL, según explica la responsable de voluntariado y formación. En este sentido, el área que más interés suscita entre los voluntarios, en especial entre los más jóvenes, es la sección juvenil con la que cuenta Cruz Roja Juventud, en la que se desarrollan «actividades con infancia, con adolescencia y muchas actividades de sensibilización».
Durante esta jornada académica los alumnos de la asignatura de Expresión Plástica en un intento de explorar nuevos territorios para la Educación, así como el resto de interesados que no quisieron perderse esta actividad, pudieron conocer la importancia que tiene el voluntariado para las personas refugiadas.
Beatriz Vaquero, la responsable del área de Migraciones, habló del Programa de personas refugiadas, señalando que «es muy especial porque atiende a personas que han huido de su país porque su vida corría peligro». Además, también explicó como a través del voluntariado y el arte pueden hacer la actividad, ya que ellos utilizan el arte «como forma de expresión emocional para que las personas refugiadas puedan analizar que les ha pasado, donde están y hacia donde quieren llegar».
En estos momentos se encuentran trabajando aproximadamente con 80 personas, con unos trabajos diferenciados en tres fases diferentes. En un primer momento ofreciendo información y orientación sobre como solicitar asilo, haciendo una valoración de necesidades. Después, en una segunda fase, realizan una intervención con todos los servicios transversales, empleo, atención psicológica, asesoramiento jurídico, formación y aprendizaje del idioma, en el caso de que sea necesario. Finalmente, una tercera fase donde se busca la inserción socio laboral principalmente y que las personas puedan vivir de forma más autónoma.
La mayoría de las personas con las que están trabajando ahora mismo en estas tres fases proceden principalmente de países de América Latina, sobre todo de Colombia, Venezuela y Cuba y, aunque la mayoría de estas personas intentan quedarse en la provincia, Beatriz Vaquero asegura que esto depende del empleo, por lo que también desde el área de empleo de Cruz Roja se trabaja «para promover esa inserción socio laboral porque sin trabajo es muy complicado poderse mantener».