El homenaje que Emilio hubiera deseado

I.Camarero Jiménez
-

Casi dos meses después de que falleciera el propietario de La Bodeguita de San Segundo, amigos y familia se reúnen para recordarle y ensalzar su figura a base de música, arte y vino

El homenaje que Emilio hubiera deseado - Foto: Isabel García

A buen seguro que a Emilio Rufes le hubiera gustado ser recordado como sus amigos y familia han planeado, con una buena tertulia, en su establecimiento y rodeados del buen vino que él siempre ensalzó en vida y todo ello mientras se hablaba de arte, de cultura y del devenir de la vida en la calle en la que él siempre confió: su querida San Segundo. No son pocos aquellos  que, ligados a la hostelería, desearían que sus amigos brindaran por ellos y festejaran la vida cuando ellos ya no están y anoche, la terraza de La Bodeguita de San Segundo, el negocio de Emilio Rufes durante muchos años, sirvió de marco para todo eso. 

Sus amigos, sus compañeros de tertulia, su familia, la propia y la que él eligió, brindaron por Emilio, fallecido (triste y repentinamente) el 22 de julio. El homenaje, justo y merecido, a un hombre que luchó por la hostelería y el vino y por el mundo de la cultura, la música y el arte, rodeado y ayudado de una familia que hoy ha tomado las riendas del negocio para que sus adeptos sigan recordándole en el local que a él le dio mucha vida y en el que creó no poca actividad.

El homenaje se ha gestado rápido, tan sólo dos meses después de que Emilio Rufes perdiera la vida de forma repentina. Se ha hecho al finalizar el verano cuando el día a día ha vuelto a la rutina abulense. En ese homenaje que pretendía ser una fiesta, guiada por el espíritu de Rufes, se han implicado numerosos amigos de tertulia, compañeros de profesión y conocedores del mundo del vino y la cultura con los que compartió muchas jornadas.De realizar su semblanza se encargó Juan Carlos del Pozo quien emocionado hablaba de una persona de extraordinaria sensibilidad, generoso y gran escuchador y que vivía y se desvivía por servir a los demás. En las tertulias, recordaba, «hablaba poco y nunca se sentaba hasta que todo el mundo estaba servido» (en su casa e incluso en aquella última reunión en Pelayos de la Presa en la casa de otra persona). Hombre de arte, de música, de cultura en general fue este martes homenajeado en el epicentro de su vida, en su Bodeguita, con muchos compañeros de tertulia como decíamos, pero también clientes que se convirtieron en amigos y ante todo con su familia, con Paquita y  Augusto de testigos. 

El homenaje que Emilio hubiera deseadoEl homenaje que Emilio hubiera deseado - Foto: Isabel GarcíaAgradecidos, sosegados ambos, pero inevitablemente emocionados fueron testigos de lo que Emilio, el marido y el padre, dejó sembrado en vida y eso es muchos lazos de amistad que le han sobrevivido porque al fin y al cabo la gente que se encargó del homenaje han estado a la altura siempre, mientras Emilio vivía y cuando el día 22 de julio dejó de hacerlo.

Augusto lo reconoce «se rodeó de cariño y también lo supo corresponder» y es de justicia agradecerlo con la fiesta que la calle San Segundo acogió para él en una noche para el recuerdo. Y es que decían que «uno no desaparece mientras se le siga recordando» y a tenor de lo vivido este martes Emilio perdurará en el tiempo.

Una mesa con un precioso ramo de rosas rojas y el inconfundible sombrero, santo y seña del homenajeado, rememoró durante todo el acto la presencia de un hombre difícil de olvidar para muchos abulenses y por el que lógicamente se brindó con vino, como a él le hubiera gustado. 

Más fotos:

El homenaje que Emilio hubiera deseado
El homenaje que Emilio hubiera deseado - Foto: Isabel García
El homenaje que Emilio hubiera deseado
El homenaje que Emilio hubiera deseado - Foto: Isabel García

De hacer posible esa noche se encargaron muchos amigos: artistas, músicos, representantes de la cultura abulense. Sobre una pantalla aparecieron imágenes de pinturas, esculturas y fotografías de entre otros Fernando Sánchez, Ángel Sardina, Tomás H. Berlana, Carmelo San Segundo, Javier Casanueva, Emilio Sánchez, José Antonio Elvira o José Luis Díaz Segovia. La música estaba previsto que la pusieran Javier Maíz, Juan Carlos Delgado, Eva y Nacho Ingelmo y Gustavo y por supuesto las palabras de Juan Carlos del Pozo o Eduardo Garcinuño además del apartado dedicado al vino con Hugo Ortega y Julio González a la batuta.