Riberas: «España no puede permitirse vivir sin industria»

L.M.
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El presidente de la multinacional Gestamp repasó ayer en el Ágora de CaixaBank y Diario de Burgos el presente de la automoción y sus retos a corto y medio plazo

Francisco J. Riberas, presidente ejecutivo de Gestamp (i), dialogó durante cerca de una hora con Álvaro Melcón, director de Diario de Burgos. - Foto: Alberto Rodrigo

Francisco J. Riberas fue ayer claro y conciso. Durante su intervención inicial en el II Ágora que organizaron de manera conjunta CaixaBank y Diario de Burgos, el presidente ejecutivo de Gestamp, multinacional española del sector de la automoción, advirtió del peligro que supone la caída progresiva de la aportación de la industria al PIB. «Cada año que pasa va bajando el porcentaje», advirtió el empresario nacido en Madrid pero con orígenes burgaleses. Su padre, también de nombre Francisco y nacido en Rabé de las Calzadas, fundó en 1958 la compañía Gonvarri. Desde entonces el apellido no ha dejado de resonar en el panorama nacional e internacional, especialmente cuando se trata del sector de la automoción.

«España tiene un turismo muy fuerte y unos servicios muy potentes pero no se puede permitir el lujo de vivir sin la industria», reconoció Riberas. Delante de amigos, clientes y también de representantes de empresas de su competencia, el presidente de Gestamp urgió a «ir todos a una» para evitar que la tendencia a la baja se cronifique. «No sé si hay que apostar por el concepto de autonomía estratégica, ahora tan en liza por lo ocurrido tras la guerra en Ucrania, por la relocalización para evitar emisiones o por impulsar las ventajas que tiene España como generador de energía renovable», se planteó.

Durante la entrevista con el director del decano de la prensa provincial, Álvaro Melcón, el empresario lamentó que desde las esferas políticas, tanto españolas como europeas, se hayan lanzado en los últimos tiempos mensajes que cuestionan en papel de la industria dentro de la economía. «Parece que se puede vivir sin ella y eso no es así», aseguró. Uno de los salvavidas a los que se debería agarrar nuestro país es la transición hacia el vehículo eléctrico. «España es el segundo productor europeo de coches y no podemos permitir que las grandes marcas no fabriquen aquí sus nuevos modelos», continuó Riberas, que exigió «reaccionar rápido» para demostrar a esas compañías de ensamblaje que «somos un país amigo, competitivo y eficiente».

En relación a la ya tan manida evolución del motor de combustión al eléctrico, el presidente de Gestamp pronosticó «mucha tensión», especialmente con los plazos que la Unión Europea se ha marcado. «Si en 2035 no se van a poder comprar coches que no sean cero emisiones y en 2030 el 55% de las ventas van a tener que ser de este tipo la situación va a ser muy complicada», aventuró.

Competencia asiática.

Para paliar este oscuro horizonte, Francisco J. Riberas apostó por «incentivos positivos y negativos» para promover la renovación del parque móvil. «El balance de emisiones en pleno cambio al coche eléctrico es peor que antes de iniciar el proceso», recordó.

Cuestiones como el Dieselgate que afectó a Volkswagen, confesó, generó tal «vergüenza» en Alemania y en Europa que el Viejo Continente «dejó de pelear por una transición más sensata». De este modo, y en un claro tono crítico, el empresario de origen burgalés lamentó que el predominio de los fabricantes europeos haya pasado ahora a manos de los chinos. «Puede provocar, desde el punto de vista socioeconómico, un impacto muy importante de cara a los próximos años», alertó. Puso como ejemplo a seguir la Ley IRA que Estados Unidos ha puesto en marcha, dotada con miles de millones de dólares, para evitar esa pérdida de posicionamiento. «Aquí, por contra, vamos muy despacito», denunció.

«¿Estamos a tiempo?», le repreguntó Melcón. «Yo creo que sí. El ecosistema del automóvil. Estamos en una guerra y debemos reaccionar de manera enérgica», sentenció Riberas.