Aunque el año termina sin la esperada decisión sobre qué va a pasar con los estudios universitarios en Castilla y León, ya se empiezan a conocer algunas claves que no parecen del todo esperanzadoras para Ávila.
En este marco se encuentra la información de la Consejería de Educación que ha fijado en 35 el mínimo de alumnos matriculados en una titulación para mantenerla, según el documento que ha propuesto a las cuatro universidades públicas de la comunidad (Burgos, León, Salamanca y Valladolid) en la elaboración del nuevo Mapa de Titulaciones que está previsto que llegue a las Cortes para su tramitación en febrero de 2013. Según indicaron fuentes de la Consejería de Educación, las universidades tendrán autonomía para decidir si eliminan la titulación o la imparten a través de asignaturas comunes a otras. No obstante, la decisión final la tendrá que tomar la Consejería, que será quien autorizará este mecanismo.
En un principio, se entiende que estas decisiones se toman para buscar fortalezas y especializaciones, que las titulaciones sean lo más competentes posibles, pero lo cierto es que estas decisiones han preocupado a los centros educativos.
Esto se debe a que bajo ante una premisa de organización puede haber consecuencias directas para las universidades y las ciudades que acogen las carreras que imparten. En el caso de Ávila, hay que recordar que la universidad pública está formada por el campus de la Universidad de Salamanca, que se traduce en la Escuela de Educación y Turismo y la Escuela Superior Politécnica de Ávila. Es precisamente en esta última donde esta cifra de 35 alumnos puede tener las mayores consecuencias.
Aunque hay que ver en qué queda finalmente el documento y los matices que se logran introducir, lo cierto es que según los últimos datos proporcionados por la Politécnica (aunque aún no se había cerrado la matrícula), era que este año contaba con 50 alumnos de nuevo ingreso para las titulaciones de grado. Teniendo en cuenta que son los tres grados que se imparten en este centro (Grado en Ingeniería Geomática y Topografía, Grado en Ingeniería Civil y Grado en la Ingeniería de la Tecnología de Minas y la Energía) es difícil que las titulaciones lleguen a ese mínimo de 35 alumnos, al menos que finalmente se puedan incluir otros criterios.
En este sentido, hay que tener en cuenta que la Politécnica supone mucho más que esos grados, puesto que hace una oferta mayor, con una muy buena acogida como se vio en los cursos de adaptación a grado. Además, ya se ha aprobado el doble grado de Ingeniería Civil y en Ingeniería de la Tecnología de Minas y Energía, lo que puede suponer unir alumnos de dos titulaciones y así lograr la cifra suficiente para que los estudios no se pierdan en Ávila.
Aunque Diario de Ávila no ha podido contactar con los representantes de la Escuela Politécnica (el anuncio se ha hecho en época de vacaciones en los centros escolares) ya en anteriores ocasiones se habían valorado otros aspectos importantes de este centro en Ávila como su implicación en la ciudad, el hecho de ser una universidad pública o la labor que realizan en investigación, que también es signo del trabajo que se hace en una universidad.
Por su parte, desde la Escuela de Educación y Turismo, su directora, Sonsoles Sánchez Reyes, comenta que ellos no tienen problemas con las cifras de nuevo ingreso puesto que ofertan 80 plazas para Primaria, 80 para Infantil y 60 en Turismo, y prácticamente las llenan todos los años.
Sin embargo, ella también quiere poner sobre la mesa que ese no es el único criterio que tiene que tenerse en cuenta, sino que es necesario apelar a la eficiencia o la ratio profesor estudiantes, que puede hacer que sea más caro. Insiste en que son «muy eficientes» y destaca por ejemplo los cursos de acceso a grado con unos ingresos muy elevados en la universidad, tanto en la Politécnica como en Educación y Turismo.
Y sobre todo, no quiere que se olvide la importancia «de mantener una institución pública en pleno funcionamiento en una ciudad como Ávila con pocos estudios, por lo que es necesario que se mimen porque son signo de un «beneficio social». «Incidir solo en el número de alumnos es reduccionista», asegura.
A la espera de que la Universidad de Salamanca explique a los campus, entre ellos el de Ávila, cuál va a ser su futuro, el vicerrector de Política Académica, José Ángel Domínguez, asegura que el futuro de las titulaciones «no es una cuestión de cifras» y que hay «más matices» que el número de alumnos matriculados a la hora de definir el mapa de titulaciones en Castilla y León.
Por ello considera que «se han precipitado los acontecimientos» porque de momento se trabaja sobre este informe (el que habla de los 35 alumnos por titulación) para analizar la viabilidad de las carreras y ver cuáles son sostenibles. Por ello insiste en que el criterio de 35 estudiantes es orientativo, porque hay titulaciones que cuentan con menos matriculados y no están «señaladas», como ocurre en algunas filologías cuyos alumnos comparten clases con otras.
Precisamente cuando Domínguez habló del futuro del campus de la USAL de Ávila se refirió a la posibilidad de compartir asignaturas como una posible forma de salvar titulaciones.
Lo cierto es que no se pueden dar los nombres de titulaciones a desaparecer pero la incertidumbre se está prolongando durante muchos meses, por lo que es de esperar que se cierre la situación y realmente las universidades, los alumnos y la sociedad donde se encuentran los centros sepan a qué atenerse.