Se ofrece negocio funcionando, totalmente equipado y con clientela fija, eso sí muy poca, pero a coste cero. Esta es la a priori sugerente oferta que realiza el Ayuntamiento de Salvadiós para evitar que este pequeño municipio de La Moraña se quede sin bar como ya pasó hace unos años cuando nadie quiso hacerse cargo de la única cantina de la localidad. «Es el único sitio donde ir a echar una charla con los amigos, a jugar la partida de cartas, a tomar una caña o un café», apunta Ángel Ignacio Martín, el alcalde de Salvadiós, al hablar de un servicio que pese a no estar considerado como esencial, para los pueblos pequeños es básico al ser el único lugar donde los vecinos pueden reunirse, socializar y en muchos casos la única alternativa de ocio para muchos.
El bar sindical de Salvadiós lleva solo una semana cerrado pero tanto el ayuntamiento como los propios vecinos quieren que abra cuanto antes para evitar lo que pasó hace unos años cuando este pueblo se quedó sin bar durante un par de años. Después, y tras una inversión importante por parte del Ayuntamiento, un hostelero de Peñaranda de Bracamonte se hizo cargo de este negocio que explotó durante seis años. Hace menos de un año una familia de Panamá que se instaló en este pueblo se hizo cargo del bar sindical si bien por distintos motivos el acuerdo no se ha renovado, lo que ha obligado al Ayuntamiento a volver a ofertar este negocio que se ofrece a precio cero con el único compromiso de que quien se haga cargo del bar lo tenga abierto durante una serie de horas al día y a la semana. No hay alquiler, ni precio de adjudicación. Nada. El único gasto para los hosteleros son las facturas de luz y agua que genere el negocio que, por otra parte, asegura el alcalde, no superan los 120 euros al mes teniendo en cuenta que el local cuenta con placas solares.
«El bar está muy bien preparado», explica el alcalde de Salvadiós al hablar de un negocio que cuenta con todo el equipamiento y maquinaria necesaria para empezar a funcionar desde el día uno y que tiene hasta wifi.
«No es un servicio básico pero sí muy necesario», reconoce este alcalde al hablar de la importancia que un bar tiene para municipios como el suyo en el que no viven más de 30 ó 40 vecinos de continuo pese a contar con 70 censados. Eso sí, reconoce Martín que el bar en verano, y nunca mejor dicho, «hace el agosto» gracias a la llegada de veraneantes y de personas con raíces en Salvadiós que pese a vivir fuera mantienen casa aquí.
«Ya me ha llamado un hostelero», cuenta el alcalde dejando entrever cierta ilusión en una llamada que puede suponer que Salvadiós siga teniendo bar, algo que no tuvo durante unos años y con el que tampoco cuentan ya en municipios de la zona como Vita o Muñosancho.
ayudas regionales. Tan necesarios son los bares en municipios pequeños que de hecho el Consejero de Presidencia de la Junta de Castilla y León, Luis Miguel González Gago, anunció a principios del pasado marzo una nueva línea de ayudas para colaborar económicamente con el mantenimiento de bares y centros de ocio y de convivencia en pueblos o pedanías con menos de 100 habitantes.
Una medida que en principio se iba a poner en marcha este año pero cuyas bases aún no se han publicado y que «busca facilitar la pervivencia de un establecimiento que resulta fundamental para que los habitantes de los pequeños núcleos de población puedan seguir contando con un lugar de esparcimiento y socialización, y también para mantener el contacto con unos vecinos de los que, en caso de no disponer de un espacio de este tipo, no siempre sería posible identificar situaciones de vulnerabilidad, problemas de salud o desamparo». Al mismo tiempo, apuntó el consejero, esta nueva medida «también impulsa el desarrollo de la actividad económica en las entidades locales con menor población».
La medida, con la que se busca luchar contra la despoblación en el medio rural, contempla ayudas de hasta 3.000 euros «para los gastos de suministros de estos establecimientos, dando prioridad a los pueblos con menos de 100 habitantes». Además, el consejero de Presidencia anunció que tras dar respuesta a todas las peticiones, «se seguirán atendiendo solicitudes de pueblos con menos de 200 habitantes, hasta poder agotar, al final, los 3 millones de euros consignados en el presupuesto para estas ayudas».