Emilio Rodríguez Almeida, uno de las más sobresalientes conocedores del mundo romano en particular y de la Historia en general que ha dado nuestro país, fue no solamente un gran intelectual que llevó su magisterio por algunas de las principales universidades del mundo y un divulgador eficiente y muy generoso sino también un gran artista plástico que demostró su buen hacer en el mundo de la creación artística en varias disciplinas.

Una de ellas fue el mosaico, como buen admirador que era de la cultura romana, capítulo en el que creó varias piezas, una de ellas un grupo de cuatro obras que representaban las cuatro estaciones. Una de las cuatro partes de ese todo, una alegoría del verano (L'Estate en italiano) representada por un felino que descansa junto a árbol, ha sido recientemente restaurada por la Escuela de Arte y Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Ávila, en una labor de recuperación magníficamente resuelta.

Ese mosaico, en el que Rodríguez Almeida fundió el alma de la antigua Roma con algunas influencias de las vanguardias del siglo XX, se encontraba un poco deteriorado, y fue la viuda del historiador, Juliana Wilhelmsen, quien decidió ponerlo en manos de la Escuela de Artes para su restauración, a propuesta del Colegio de Arquitectos de Ávila.

mosaico circular. Ya recuperado, el mosaico (de forma circular) vuelve a lucir en todo su esplendor, tal y como ayer fue presentado por la Escuela (y como podrá verse en una exposición abierta al público hasta el 31 de mayo) en un acto en el que se quiso poner de relieve no solamente este estupendo trabajo en concreto, llevado a cabo por el profesor…, sino la amplia oferta formativa que ofrece un centro público en parte aún desconocido en la ciudad.

Agradeció la directora de la Escuela, Ana Isabel Jiménez, la confianza puesta en el centro por Juliana Wilhelmsen y por el Colegio de Arquitectos, «que ha sido nuestro órgano de conexión, porque han confiado en que la Escuela podía llevar a cabo esta labor a través de los estudios de Conservación y restauración de bienes arqueológicos y por darnos obra real para que nuestros alumnos se formen todavía mejor».

Carlos Burguete, el profesor que ha supervisado la obra de restauración que ha llevado a cabo fundamentalmente el alumno Francisco García, se centró en los aspectos técnicos de la intervención para comentar que «a nuestro juicio ha sido éxito». La labor de restauración que han llevado a cabo, resumió, ha sido sustituir la base original del mosaico, que era de una madera que estaba afectada por la humedad, por otra «inerte y ligerísimo, que es con el que se construyen las carcasas de los aviones y es un material idóneo» para ese fin, además de que se llevado a cabo una tarea de «limpieza e integración» en la que también se han puesto nuevas algunas teselas que faltaban.

Además de la directora de la Escuela, Ana Isabel Jiménez, de varios de sus profesores y de sus alumnos, de la directora provincial de Educación, Laura Martín, y admiradores de la obra de Rodríguez Almeida, en el acto de presentación del restaurado mosaico estuvo presente el delegado territorial de la Junta, José Francisco Hernández, el cual, aparte de recordar la enorme altura intelectual de Rodríguez Almeida, reivindicó la «oferta educativa de altísimo nivel» que ofrece la Escuela de Artes de Ávila, de la cual recordó que ahora mismo tiene abierto su plazo de matriculación.