Un Cavendish de récord

Carlos de Torres (EFE)
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El británico gana al esprint y supera a Merckx como el corredor con más triunfos (35) en la prueba gala

El veterano ciclista, a sus 39 años, volvió a levantar los brazos en la gran vuelta - Foto: Guillaume Horcajuelo (EFE)

Ayer fue un día histórico en el Tour de Francia con la victoria de etapa número 35 del británico Mark Cavendish (Astana), superando al legendario Eddy Merckx, con quien compartía el récord con 34. Una hazaña para el 'Expreso de Man', de 39 años, el mismo que se retiró en 2023 tras una caída y prolongó su carrera para escribir esta página dorada.

Gloria para el veterano corredor, feliz, eufórico, flotando en la dulce nube tras alzar los brazos como vencedor en la ya histórica quinta etapa disputada entre Saint-Jean-de-Maurienne y Saint Vulbas, de 177,4 km, a pesar de que entró en meta con la cadena rota, colgando.

Batió con una obra de arte y en una llegada caótica al belga Jasper Philipsen (Alpecin) y al noruego Alexander Kristoff (Uno X), dando tiempo al pelotón con cuatro horas, ocho minutos y 46 segundos, a una media de 42,8 km/h. Abrió los brazos abarcando al universo entero, una trayectoria de 18 años como profesional, con 165 victorias.

Otra página de oro, irrepetible, para un clásico que también tiene en su palmarés 17 triunfos de etapa en el Giro de Italia, un Mundial en 2011, la Milán San Remo y dos maillots verdes del Tour.

Larga vida de éxitos la de un viejo rockero del ciclismo mundial, quien obtuvo su primera victoria en la prueba gala en 2008 con los colores del Team Columbia. Estaba jubilado, se lo pensó, decidió renovar un año, y sueño cumplido. El mejor velocista del mundo superó el récord del mejor ciclista de todos los tiempos.

«No me lo puedo creer. Astana hizo todo para venir aquí. Necesitaba una etapa y como mi director conoce el Tour lo hemos conseguido. Hicimos un equipo para esto. Me rompí el hombro el año pasado, este año estaba sufriendo, pero estoy muy bien, es mi decimoquinto Tour y he aprovechado la oportunidad. No puedo estar más feliz», expresó 'Cav' entre lágrimas.

Mientras Cavendish disfrutaba de su fiesta con la familia, Pogacar subió al podio a enfundarse el maillot amarillo de líder. Fue un día de transición para los hombres de la general. Le siguen Evenepoel a 45 segundos, Vingegaard a 50, Juan Ayuso a 1,10 minutos, Primoz Roglic a 1,14, Carlos Rodríguez a 1,16 y Mikel Landa a 1,32.

El recorrido tuvo el aliciente del órdago inicial, ilusorio de todo punto, con corredores locales, dos franceses de Lyon: Clément Russo (Groupama) y Matteo Vercher (TotalEnergies), que prolongaron su sueño territorio hasta el departamento de Ain, vecino del Ródano. 

El pelotón miró para otro lado, pero como tampoco podía dormirse en los laureles, el Alpecin de Philipsen y el Lidl de Pedersen se turnaban para controlar el dúo en fuga. Solo se alteró el pulso de la etapa a 58 km de meta con una caída que provocó Pogacar, quien maniobró a la desesperada cuando se iba a tragar una señal arrastrando a unos cuantos corredores, entre ellos a Pello Bilbao y Nelson Oliveira.

Bajo la lluvia, los mensajes que llegaban desde los coches de los directores a los oídos de los competidores eran de precaución.

Volvió el ambiente otoñal de repente, mientras el aguacero convertía la carretera en una pista de patinaje camino de la Cota de Lhuis (4a, 3 km al 4.9), donde el pelotón se volvió a reunir antes de la cima para empezar el proceso de aproximación a meta.

Todo el foco estaba puesto en Cavendish. No estaba bien colocado el británico a 200 metros de la línea, pero miró a un lado, a otro, hizo un zigzag, salió de un encierro y arrancó adelantando a todos sus rivales. Se le partió la cadena, pero su impulso le llevó a la gloria. Récord de 35 victorias, por delante de Merckx.