María Blanco es una de los seis abulenses que han conseguido una de las ayudas del programa 'Pasaporte de Vuelta' con el que la Junta de Castilla y León busca facilitar el retorno a casa de castellanos y leoneses en el extranjero o en otras comunidades autónomas.
Profesional del mundo del marketing y la publicidad, María estudió Bellas Artes en Salamanca pero la vida, y su deseo de estudiar un máster con el que ampliar su formación, le llevó a Madrid. «Quise encaminar mis pasos hacia el diseño gráfico y la programación web», comienza a explicar a Diario de Ávila una decisión motivada, sobre todo, por la búsqueda de empleo.
«Y al acabar el máster terminé viviendo allí», continúa hablando de una carrera profesional que comenzó en una agencia de publicidad, diseñando y programando. «Pero la verdad es que son empresas muy 'cárnicas'», se refiere al modo en el que se trata a los trabajadores, sobrepasados por el ritmo de trabajo. «Y no me dejaban progresar, tener una carrera vertical», recuerda María de una época dura en lo laboral, que le llevó a saltar a una empresa de marketing que, además, le facilitaba el teletrabajo.
Y como María, nos cuenta, nunca quiso vivir en Madrid, sino que prefería hacerlo «en casa», en Ávila, esperó el momento adecuado para poder regresar junto a su pareja, nueve años después de su llegada.
El teletrabajo que realiza le permite hacerlo. Viaja a Madrid algún día de la semana. Y el resto de sus jornadas, las desarrolla sin problema en Ávila, una ciudad mucho más acogedora para vivir y a la que ahora estará más unida aún.
Y es que, nos cuenta, la ayuda de 4.200 euros que le concede la Junta a través del programa 'Pasaporte de vuelta' le permitirá dar la entrada para comprar un piso. Algo casi impensable en Madrid dado el nivel de precios de la vivienda en la capital de España, reflexiona María que, por cierto, tenía conocimiento de que la Junta le ha concedido la ayuda este mismo viernes gracias a esta entrevista.
«Estábamos muy cansados de Madrid. Queríamos vivir aquí», dice María contenta, que hasta que pueda comprar su casa del futuro vive de alquiler. «Pero es que este alquiler nos permite ahorrar algo», vuelve a contraponer el nivel de vida de ambas ciudades.
«Llevo un año aquí, regresé a Ávila en agosto de 2023, y nuestra idea es quedarnos aquí», comparte conDiario de Ávila María, que preguntada por lo peor y lo mejor de vivir en Madrid, lo tiene claro. «Lo peor es el tiempo que tardas en llegar a cualquier sitio y lo masificado que está todo», responde, mientras que, en el otro lado de la balanza, señala la gran oferta cultural y de ocio de la capital.
De Ávila, en cambio, se queda, además de con el precio de la vivienda, y sobre todo, con tener cerca a la familia. Pero, además,el tener todo a mano, poder ir andando a cualquier sitio y tener el campo a tiro de piedra como lo más positivo. Y si tiene que destacar algo que no es tan positivo, regresa al tema cultural. «Hay poca oferta de ocio las tardes de los fines de semana, sobre todo con el mal tiempo», algo que, dice, hace que «en esta ciudad se haga largo el invierno. Falta algo que no sea solo irte de cañas o al cine».