Alberto San Segundo, el 'chico' del Mitsubishi EVO

Alberto Sánchez
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Cinco veces campeón de Rallyes de Castilla y León, marcó una época a los mandos de aquellos Mitsubishi EVO tan carismáticos. «Fueron años muy bonitos, irrepetibles»

Alberto San Segundo, el ‘chico’ del Mitsubishi EVO - Foto: Isabel García

Eran inconfundibles.Hubo un tiempo en el que Alberto San Segundo y su Mitsubishi EVO eran uno sobre el asfalto, como lo eran Javier Jiménez y su Ferrari 360 cada vez que llegaba un ralllye. «Aquellos tiempos ya no volverán». Nos quedaremos con el buen recuerdo. Lo tiene claro y lo asume Alberto SanSegundo, cinco veces campeón de Castilla y León de Rallyes de Asfalto y una de Montaña, campeón del Rallye de Madrid o tercero en el Rallye de El Bierzo 2014, prueba puntuable del Campeonato de España de Rallyes. Retazos de una lista sin fin de carreras. Más de 300 rallyes ha disputado, incontables kilómetros ha recorrido quien ahora enseña a pilotar en la Sanse Racing School, su escuela, o vigila la seguridad en el Campeonato de España de Rallyes desde la labor del Coche Cero. De vez en cuando regresa a la competición en busca de esa «adrenalina» que le aporta el asfalto, donde lleva toda su vida. Tiene 49 años y más de 30 con licencia federativa.      

Se quedó enamorado de este deporte a los ocho años, desde que vio un Rallye Santa Teresa y a Carlos Sainz –porque Carlos Sainz corrió y ganó aquí en Ávila– a los mandos de un R5 Turbo. «Desde que mi padre tuvo la buena idea de llevarme a un rallye me quedé prendado de él, de los coches, de las carreteras.Era lo que me gustaba y lo que iba a intentar hacer». Y vaya si lo hizo. Piloto y maestro.

Disfrutó de una de las mejores épocas en este deporte, siempre a los mandos de aquellos míticos Mitsubishi EVO. En 2006 a los mandos del EVO 8, desde 2009 con el EVO 9 y en 2015 llegó el EVO 10. Aún hoy sabe dónde está cada uno de ellos  porque han sido parte importante en su vida. «Fueron años muy bonitos. Creo que ahora mismo irrepetibles porque todo ha subido mucho y es cada vez más difícil, pero siempre me acordaré de aquellos coches» como lo hace de su Peugeot 106 Rallye o el Fiat Cinquecento, «mi primer coche de carreras».

El 2018 fue clave. «Vi que había que cambiar».No era cuestión de títulos. De haber seguido corriendo habría seguido ganando. «Se me ocurrió la idea de montar una escuela de conducción, de poner mi experiencia al servicio de otros. Tuve la suerte de poder encontrar unos terrenos en Ávila, en El Fresno» donde enseña a quienes quieren ponerse al volante o quieren hacerlo mejor. «Cuando la gente quiere correr hay que invertir. No es como otros deportes. Aquí lo difícil es hacer kilómetros, coger experiencia y verte en esas situaciones en las que ver cómo actúa el coche y cómo va a responderte y comprobar si estás preparado para  controlar el coche. Es un deporte que requiere mucha concentración y un buen estado físico».   Todo eso lo enseña en su escuela, labor que compagina con la de responsable del Coche Cero en el Campeonato de España de Rallyes, desde donde vigila la seguridad de todos, los de dentro y los de fuera.

Sigue compitiendo. «El objetivo es seguir corriendo un par de carreras al año para seguir sintiendo esa adrenalina de la competición contra el crono. Me gusta tratar de buscar un presupuesto para, al menos, correr una carrera al año», sentirse piloto, revivir esos «nervios» hasta que llega la carrera, «confiar» en las notas y el cuaderno que te piden acelerar más o frenar a fondo. Un deporte «que da muchos disgustos pero también mucha satisfacción».