Con la llama encendida de las velas, emblema de Amnistía Internacional y símbolo también de la esperanza, concluyó la concentración que tuvo lugar este sábado en Ávila, ante la Escultura a los Derechos Humanos, para exigir un alto en fuego en Gaza que permita proteger a toda la población civil. Convocada por Amnistía Internacional, un centenar de personas respaldó esta movilización, entre ellas ciudadanos de origen palestino residentes en Ávila, algunos de los cuales levantaron la voz a título particular para recordar que el sufrimiento que padece su pueblo no viene de ahora, sino de mucho tiempo atrás.
Durante la concentración se dio lectura a parte del contenido de una carta enviada por Amnistía Internacional y otras organizaciones a todas las fuerzas políticas españolas en general y al presidente del Gobierno en particular, dado que además ostenta la presidencia del Consejo de la UE. En esa misiva se exige «un alto el fuego inmediato acatado por todas las partes en conflicto para proteger a la población civil, garantizar la entrega de ayuda humanitaria a Gaza y permitir que quienes la necesitan accedan a la asistencia médica».
También se reclama «el embargo de armas a todas las partes en conflicto y suspender la exportación de armas españolas y material militar a Israel, levantar el bloqueo ilegal en Gaza que desde hace 16 años es la mayor cárcel del planeta a cielo abierto», así como que Israel «revoque inmediatamente la orden de evacuar a la población civil del norte de Gaza, incluido personal médico y pacientes en hospitales que podría ser calificada como crimen de guerra», advierte Amnistía Internacional. Asimismo, se pide la liberación inmediata de las personas civiles secuestradas, «que deben recibir un trato humano y asistencia médica».
En este sentido, un portavoz de la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública del Valle del Tiétar dio lectura a un texto centrado precisamente en la dramática situación sanitaria que está viviéndose en Gaza, cuyos hospitales y a raíz de la intervención militar israelí en la Franja «han ido quedándose progresivamente sin recursos, sin electricidad, sin agua y ahora sin combustible, lo que ha obligado al personal médico que pese al peligro se mantiene en su puesto a realizar operaciones quirúrgicas sin luz, sin medicamentos mínimos, sin oxígeno e incluso sin anestesia». A raíz de la falta de electricidad en los centros hospitalarios gazatíes «ha sido necesario incluso sacar de las incubadoras a bebés prematuros», alertó.
Tras relatar tan tremenda situación, el portavoz de la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública del Valle del Tiétar recordó que tanto el Derecho Internacional como la Convención de Ginebra «son muy claras al exigir el respeto y la protección a la población no combatiente, así como a hospitales, ambulancias, servicios de salud y escuelas», por lo que exigió a las partes armadas -Estado y Ejército israelí y milicias de Hamas- el respeto estricto y protección a pacientes y heridos, hospitales, ambulancias y escuelas, incluyendo los terrenos circundantes donde se encuentra refugiada la población civil. También exige al Ministerio de Asuntos Exteriores de España que ejerza «la presión debida ante el Estado de Israel y los foros internacionales para que se respete el Derecho Humanitario Internacional», así como « a todas las partes exigimos la protección a la población civil», clamó.