Ávila es desde este martes de manera oficial una Ciudad Amiga de los Derechos Humanos, gracias a la distinción hecha por International Solidarity for Human Rights (ISHR), que se materializaba en la placa conmemorativa instalada en el céntrico paseo de San Roque, un espacio convertido ya en el 'corazón' de la defensa de estos derechos al lucir ahora, junto a la escultura de José Antonio Elvira dedicada a los mismos, este nuevo monolito.
En un acto protagonizado por el intenso frío de la jornada e, incluso, por los primeros copos de nieve de la temporada en la ciudad, el alcalde de la ciudad, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, y la rectora de la Universidad Católica de Ávila -entidad promotora del Proyecto Cultural 'Derechos Humanos en Ávila', descubrían con la ayuda de Devorah Sasha y Elisabeth Sánchez Vegas, principales responsables de ISHR, el monolito que acredita a Ávila- una «ciudad que encapsula todos los valores que están escritos en la Declaración Unviersal de Derechos Humanos- como un «faro de dignidad y justicia».
Así describían la ciudad Sasha y Sánchez Vegas en las palabras que de manera conjunta dedicaron a los asistentes a un acto en el que representantes de distintas asociaciones abulenses leyeron los 30 derechos que conforman la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que este martes cumple 76 años.
«Esta ciudad que no solo es cuna de historia y espiritualidad, sino también un faro de dignidad y justicia», se referían las responsables de la organización a una ciudad que al igual que su vecina más ilustre, recordaban a Santa Teresa de Jesús, «no sólo es testigo de su legado espiritual y humano, sino también de su mensaje de valentía, amor y esperanza. Sus enseñanzas, llenas de profundidad y compromiso, trascienden el tiempo y encuentran eco en los valores que hoy celebramos como universales».
«Ávila es mucho más que sus imponentes murallas y su rica historia», decían. «Es un lugar donde la humanidad y los principios universales se entrelazan con el día a día. Sus ciudadanos, con su espíritu colaborador, su hospitalidad genuina y su compromiso con la comunidad, son un ejemplo de convivencia, respeto y solidaridad. Aquí, los derechos humanos no son ideas abstractas, sino una práctica cotidiana, visible en el respeto mutuo y en la dedicación de quienes, desde distintos ámbitos, construyen un entorno inclusivo y justo», alababan a la localidad en la que ya luce el monolito conmemorativo obra de Eladio de Mora, dEmo.
Un compromiso de los abulenses, decían, que se materializa «en acciones concretas que inspiran y unen». Se referían al 'Proyecto Cultural sobre Derechos Humanos en Ávila', impulsado desde la UCAV y que ha consolidado «la relación entre la educación, la cultura y los valores universales.
«Nuestra Junta Directiva no se equivocó al otorgar este reconocimiento a Ávila. Al caminar por sus calles, conocer a su gente y presenciar sus esfuerzos, confirmamos que esta ciudad no sólo honra su pasado, sino que construye un futuro donde los derechos humanos son una realidad vivida, un lugar que inspira esperanza, respeto y unidad», proseguían hablando las venezolanas, para las que «la colocación de esta placa en un lugar tan emblemático como el paseo de San Roque, un espacio que invita al encuentro y la reflexión, será un recordatorio constante del papel crucial que Ávila desempeña en la promoción y protección de los derechos humanos, no solo para sus ciudadanos, sino también como un ejemplo que inspira a otras ciudades alrededor del mundo a seguir este camino».
«Agradecemos profundamente a Ávila, a sus instituciones y, sobre todo, a los abulenses», insistían en sus palabras, «el ser un faro de esperanza y acción en un mundo que necesita más lugares como este. Estamos convencidos de que esta distinción será un incentivo para continuar siendo un modelo de inspiración y esfuerzo colectivo».
Ante estas palabras, el alcalde de Ávila mostraba su agradecimiento a International Solidarity for Human Rights. «Gracias por fijarse en la ciudad de Ávila y valorar el trabajo que se hace a diario no solamente por las instituciones abulenses, sino por todos los abulenses en sí para trabajar en pro de los derechos humanos».
Por su parte, la rectora de la UCAV agradecía a International Solidarity for Human Rights la distinción y recordaba aquellos derechos humanos que en pleno siglo XXI se siguen conculcando