Buena producción de judías de El Barco tras tres años flojos

Mayte Rodríguez
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La cosecha amparada por la Indicación Geográfica Protegida estará entre 25 y 30 toneladas

Buena producción de judías de El Barco tras tres años flojos

Con la campaña de recogida de la judía de El Barco de Ávila prácticamente concluida, al menos en su variedad mayoritaria -la blanca riñón-, el balance resulta positivo tanto en calidad como en cantidad.  «En cuanto a producción, este año está resultando entre regular y bueno, pero sobre todo se mantiene la fantástica calidad de este producto que es lo fundamental, aunque lógicamente lo que los agricultores necesitan es que haya resultados y que la cosecha acompañe y este año la salvamos de forma satisfactoria», explica Nicolás Armenteros, técnico de la IGP Judías de El Barco de Ávila.

Si bien es cierto que no es una campaña de producciones elevadas, el hecho de que «las tres últimas hayan sido mas bien flojas» en cantidad de judías recolectadas debido principalmente al calor otorga mayor valor a los resultados de este año 2024, en el que se estima que se han recogido 1.300 kilos por hectárea, lo que en términos absolutos implica que la cifra de judía blanca riñón amparada por la IGP Judía de El Barco de Ávila estará «entre 25 y 30 toneladas», cifra Armenteros.  «Son cantidades modestas, pero importantes» en tanto en cuanto signifique que «se pueda mantener un cultivo tradicional de calidad» como es la judía blanca redonda tanto en El Barco como en su zona de influencia, que coincide con los campos situados en torno a   la ribera del río Tormes, cuyas aguas riegan los cultivos de judías hasta el punto de que las restricciones de caudal en temporada estival debido al calor acaban condicionando las campañas cuando el verano resulta especialmente caluroso, tal como ha ocurrido en los años precedentes.

Aunque la campaña de recogida se da prácticamente por terminada en la judía blanca riñón, que es la predominante en la Indicación Geográfica Protegida, no ocurre así con el judión. «Su ciclo es un poco más largo y en los últimos años vemos cómo las flores no acaban de cuajar debido al exceso de temperatura o bien que acaban cuajando demasiado tarde, de manera que cuando cesan los rigores del calor estival tenemos el cultivo demasiado atrasado, tanto que todavía los judiones no están secos, con lo cual nos metemos en época peligrosa porque a partir de ahora podemos tener heladas, lo que puede llegar a poner en riesgo la cosecha de judión, así es que iremos viendo cómo viene el otoño», argumenta Nicolás Armenteros, que no descarta «disparidad» entre la producción de la judía y la del judión precisamente por esta razón. 

En cuanto al resto de variedades de judía que tradicionalmente se han cultivado en la zona (morada larga y morada redonda), asegura que se cultivan «de forma muy testimonial, casi por encargo y por razones familiares».