El presente deportivo en Ávila tiene color encarnado, el de los colores del Real Ávila, el club de moda en estos momentos en la ciudad. No sólo por esos partidos de Copa del Rey ante el Real Oviedo o RealValladolid, que llevaron al Adolfo Suárez a los que siempre van y a los que nunca habían querido ir, sino por un inmejorable debut en general en esta Segunda RFEFy un final de año ante rivales de tanto nombre como el Numancia, Real Valladolid Promesas, SDCompostela o un Pontevedra «que va como un avión», como demuestra su condición de líder en la categoría o su actuación en Copa del Rey, en la que eliminaron al Villarreal, que invitan a seguir mirando al Adolfo Suárez en un final de 2024 que se recordará siempre como una de las mejores páginas en la historia del club. En eso no hay debate.
Son muchas emociones que se respiran estos días junto al río Chico. «Desde el mes de junio son una cantidad de cosas...» resopla Miguel de la Fuente, entrenador del Real Ávila, cuando se le pregunta por el ambiente que rodea al equipo y ese aspecto emocional en ocasiones tan importante como el físico. «El año pasado, cuando ganamos muchos partidos, ya el aspecto del Adolfo Suárez era mejor que el del año anterior. Pero es que ahora, ya no por el partido de Copa –con 4.689 espectadores– sino por el partido de liga ante el Numancia, veíamos a la gente metida, la grada llena». Porque este año se está viviendo esa sensación que desprenden las tarde de partido grande, «con la gente viniendo hora y media antes del partido, con coches pitando. Esa sensación de club profesional, de club grande, de estar viviendo un momento bueno».Lo han vivido y lo quieren seguir viviendo. «Lo queremos alargar y cuanto más, mejor» confiesa el técnico encarnado.
Es un momento «en el que nos tenemos que autoayudar» analiza ante el 'feedback' equipo y afición. «Nosotros, con los resultados y la forma de hacer las cosas, tenemos que enganchar a la gente. Y ellos, en esos tramos malos de los partidos, nos tienen que meter y ayudar para sacarlo adelante» como ocurrió en el pasado encuentro ante el Numancia, cuando la expulsión de Vitolo en los últimos minutos de partido provocó la reacción de la grada para respaldar a los locales en un momento delicado en el que el resultado del encuentro estuvo en riesgo.
Una grada que si en liga refleja claramente el aumento en el respaldo al equipo, con un incremento paulatino de asistencia a medida que pasan los partidos, rompió todos los números en el encuentro de la Copa. Porque aumentar y recrecer las gradas supletorias del lateral del campo fue todo un acierto. «Mirabas hacia la grada y entre la supletoria y la tribuna cubierta daba esa sensación de continuidad...Parecía otro nivel» señala el entrenador ante esa imagen del campo nunca vista y que les gustaría seguir viendo.
Porque el calendario y la situación de los encarnados en la clasificación, terceros, invita a que ese respaldo de la afición siga vigente. Este final de 2024 y final de la primera vuelta será por todo lo alto. Ya ha pasado por el césped encarnado el Numancia, en esos momentos líder, pero este domingo es el turno del RealValladolid Promesas, que ha sabido reconducir su temporada y llega al Adolfo Suárez a seis puntos de distancia. Aquí se juega meterse en la pelea de la zona alta. Tras ello habrá que viajar al Verónica Boquete de SanLázaro para enfrentarse a un histórico como el SDCompostela, que al igual que pucelanos han sabido rehacerse a un mal inicio de curso para mirar hacia lo alto, donde todos esperaban encontrar aquel club del fútbol que los 90s se codeaba en Primera División dirigido desde el banquillo por un histórico como Fernando Vázquez y entre sus muchos jugadores contaba con un goleador como Penev. Todo esto para cerrar con un último partido en casa ante el Pontevedra, líder. El presente es encarnado.