Este domingo, 27 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Terapia Ocupacional, una fecha proclamada en 2010 por la Federación Mundial de Terapeutas Ocupacionales (WFOT) para visibilizar y promocionar esta importante profesión a nivel global. El lema de 2024, 'Terapia Ocupacional para Todos', es especialmente significativo en Castilla y León, y en provincias como Ávila, donde el acceso a estos servicios es limitado, particularmente en el sector público.
Según la Junta de Castilla y León, actualmente hay solo 100 terapeutas ocupacionales en el sistema público para una población de más de dos millones de personas. Esto representa una carencia importante. En provincias como Ávila solo se cuenta con tres terapeutas ocupacionales para toda la provincia. Esta falta de recursos impacta el derecho de los ciudadanos a una atención sanitaria integral.
Susana Sáez Gutiérrez, terapeuta ocupacional y presidenta del Colegio Profesional de Terapeutas Ocupacionales de Castilla y León (COPTOCYL), aborda estos temas en esta entrevista.
¿Cómo definiría la Terapia Ocupacional y su importancia en Castilla y León?
La Terapia Ocupacional es una profesión sanitaria centrada en ayudar a las personas a realizar las actividades que les son importantes, tanto en su vida diaria como en el trabajo o la comunidad. En una región como Castilla y León, donde la población es mayoritariamente envejecida y dispersa geográficamente, esta disciplina es esencial para mejorar la calidad de vida de personas mayores, con diversidad funcional o enfermedades crónicas.
¿Podría explicarnos de manera general cuáles son las funciones principales de un terapeuta ocupacional?
Claro. El principal objetivo de un terapeuta ocupacional es ayudar a las personas a mejorar su capacidad para realizar las actividades cotidianas que les resultan significativas o necesarias. Esto incluye tareas de autocuidado como vestirse o asearse, pero también actividades laborales, educativas y de ocio. Evaluamos las dificultades de cada persona y, a partir de ahí, diseñamos planes de intervención personalizados para mejorar su autonomía. Por ejemplo, podemos adaptar el entorno físico de una persona con movilidad reducida, enseñar nuevas técnicas para realizar tareas o recomendar productos de apoyo. Nuestro fin es siempre mejorar la calidad de vida, manteniendo o recuperando la independencia en el día a día.
¿En qué ámbitos trabaja la Terapia Ocupacional y cómo varían las intervenciones según el contexto?
La Terapia Ocupacional tiene un enfoque muy amplio y se puede aplicar en diferentes áreas. Por ejemplo, trabajamos en geriatría, ayudando a las personas mayores a mantener su independencia, prevenir caídas o adaptar su entorno para facilitar la movilidad. También estamos presentes en rehabilitación física y neurología, donde tratamos a personas que han sufrido accidentes o enfermedades como ictus o lesiones medulares, ayudándoles a recuperar habilidades motoras y cognitivas. En salud mental, intervenimos para mejorar el bienestar emocional y la integración social de personas con trastornos mentales, enseñándoles estrategias para gestionar su vida diaria. Además, trabajamos en ámbitos como pediatría, ayudando a niños con discapacidades o retrasos en el desarrollo, y en la discapacidad intelectual, favoreciendo la inclusión y el desarrollo de habilidades que promuevan la autonomía. También estamos presentes en el ámbito educativo, laboral, y cada vez más en áreas emergentes como la tele-rehabilitación y el entorno comunitario.
Nos gustaría centrarnos un momento en la situación de la provincia de Ávila. ¿Cómo afecta la falta de terapeutas ocupacionales a esta provincia en particular?
Ávila es una de las provincias más afectadas por la falta de terapeutas ocupacionales en el sistema público, especialmente en áreas clave como la rehabilitación física y la salud mental. Esto significa que muchos abulenses que necesitan estos servicios no tienen acceso adecuado a ellos, lo que genera una clara desigualdad en la atención sanitaria. Además, la dispersión de la población rural en Ávila agrava el problema, ya que los servicios son más difíciles de llevar a estas zonas, dejando a muchas personas sin la atención que requieren.
Castilla y León tiene una de las poblaciones más envejecidas de España. ¿Qué papel juega la Terapia Ocupacional en este contexto?
En una comunidad donde el 25% de la población tiene 65 años o más, la Terapia Ocupacional es vital para promover la autonomía y evitar la institucionalización de las personas mayores. Nos enfocamos en la prevención de caídas, la adaptación del entorno y el mantenimiento de la movilidad, entre otras intervenciones. Además, trabajamos en el ámbito cognitivo, social y emocional, fomentando un envejecimiento activo que permita a las personas mayores seguir formando parte de sus comunidades.
Con la nueva Ley de Residencias de Castilla y León, ¿qué cambios crees que se necesitan para mejorar la situación de los terapeutas ocupacionales en la región?
Aunque la ley se centra en la atención personalizada, nos preocupa que no se establezcan ratios adecuados de profesionales sanitarios, lo que afecta directamente la calidad de la atención. Sin una regulación clara sobre el número de terapeutas ocupacionales necesarios, no podemos garantizar que las personas reciban los cuidados que requieren. Desde Coptocyl seguimos insistiendo en que es fundamental revisar esta ley para asegurar que haya suficientes profesionales en las residencias.
¿Cómo se aborda la dispersión geográfica en Castilla y León, y en Ávila, en relación con los servicios de Terapia Ocupacional?
La dispersión geográfica es uno de los mayores retos. En provincias rurales como Ávila, muchos de los habitantes mayores viven en pueblos pequeños con escasos servicios. Para mitigar esta situación, se han de fomentar los centros multiservicios, ocupacionales, donde las personas tengan acceso a programas de terapia ocupacional individualizados a sus necesidades.
Finalmente, y ante la celebración este domingo del Día Mundial de la Terapia Ocupacional, ¿qué mensaje le transmitiría a la sociedad?
La Terapia Ocupacional no es solo una herramienta de rehabilitación, sino que es clave para mejorar la calidad de vida en todas las etapas. Ayudamos a mantener la independencia de las personas mayores, apoyamos a quienes tienen discapacidad para participar plenamente en sus comunidades y también intervenimos en áreas como salud mental y educación. Para construir una sociedad más equitativa y saludable, necesitamos que se reconozca y valore más nuestra labor.