La Casa del Concejo de Arévalo sirvió de marco para la presentación del nuevo libro del cronista oficial de la ciudad, Ricardo Guerra, 'San Ignacio de Loyola en Arévalo', un trabajo que, según su propio autor, «pretende recuperar y valorar la importancia que tuvo la formación que recibió en Arévalo este santo universal, fundador de la Compañía de Jesús».
El acto concitó el interés de numerosos arevalenses que llenaron la sala habilitada para la presentación. Entre las autoridades presentes se encontraban el alcalde en funciones de Arévalo, Francisco León y el regidor electo Vidal Galicia, además del diputado de Cultura en funciones, Eduardo Duque. Recordó además Ricardo Guerra, «casualidades de la vida», otro acto celebrado hace 20 años. Concretamente en el fue nombrado cronista de la ciudad. En aquella jornada coincidieron también los protagonistas políticos locales en un momento muy parecido al actual, puesto que Francisco León era también el alcalde en funciones y salía de la Alcaldía en esos días y Vidal Galicia era el alcalde electo y a los pocos días se convertiría en el nuevo regidor arevalense.
En la presentación estuvo presente también el director de Diario de Ávila, Pablo Serrano, quien en cierto modo ha sido el artífice de que este trabajo llegara a buen puerto, puesto que fue él quien encargó a Ricardo Guerra la investigación para profundizar en la época en la que estuvo en Arévalo Íñigo López de Loyola para después publicarla a modo de serie periodística en nuestro rotativo.
«Arévalo fue esencial en la formación de Ignacio de Loyola»Hizo las veces de anfitriona y fue presentando a los intervinientes en este acto la teniente de alcalde en funciones y responsable del área de Cultura en el momento de la presentación, María Luisa Pérez.
Ricardo Guerra, destacó la importancia de esta ciudad en la formación de dos grandes personajes, que pasaron aquí momentos destacados en su formación en las casas reales de Arévalo. Estos dos personajes fueron la reina Isabel que pasó parte de su niñez en Arévalo y Íñigo López de Loyola. Y destacó la importancia que tuvo un personaje como Juan Velázquez de Cuéllar, Contador del Reino y mentor de Íñigo López de Loyola, -esta figura ha sido rescatada recientemente e intentada ponerla en valor por Arévalo, aunque lamentó que todavía fuera un gran desconocido que merece la pena que sea conocida por su lealtad.
Para Guerra este personaje fue esencial en la vida de Ignacio de Loyola, del mismo modo que la formación que recibió en Arévalo, que difícilmente la hubiera tenido en otro lugar.
El cronista también anunció unos trabajos que está desarrollando sobre la importancia textil de Arévalo, que presentará en el próximo Congreso de Cronistas que se celebrará en Sigüenza.
En concreto adelantó que hablará de las ordenanzas municipales de Arévalo aprobadas para preservar la calidad de la lana que salía desde allí.
El director de Diario de Ávila, Pablo Serrano se encargó de hablar de los prolegómenos de esta obra, de cómo se fraguó como una serie periodística desarrollada en once partes en otras tantas ediciones dominicales de es este rotativo: «Me enorgullece por un lado decirles – señalaba Serrano- que el contenido de este libro no es inédito y me envanece porque como quien no quiere la cosa, Ricardo Guerra ya publicó todo este material sobre el que estuvo trabajando con la rigurosidad habitual en la páginas de Diario de Ávila, haciéndolo coincidir con el V Centenario de la Conversión de San Ignacio y el IV de su canonización, en el año ignaciano».
El director de este periódico valoró la importancia que tiene el haber recuperado esta época de este santo universal y haber profundizado en ella y animaba a seguir trabajando y profundizando en los valores que implican: «Nuestra historia está ahí, y recuperar este valor es tarea de todos porque queremos que las generaciones que nos siguen nos superen y vivan una sociedad más próspera. Habremos fracasado si no logramos que profundicen en todo este conocimiento. Así que Richard, gracias por contribuir a ello».