Pedri necesitaba un cambio de mentalidad para poder renacer sobre el terreno de juego. Muy atrás quedaba ya su temporada de explosión, en la que se vio expuesto, también por decisión propia, a jugar una cantidad ingente de partidos que, a la postre, hipotecaron su futuro inmediato. Y ese 'clic' que demandaba su carrera lo ha logrado con Hansi Flick, que ha sido el detonante para que el canario mude su piel, su juego y su mentalidad sobre el campo.
«Me siento liberado. Creo que Flick también me lo ha transmitido así, que juegue sin presión, que haga lo que sé hacer y me siento mucho más suelto». Así lo sentenció el de Tegueste a comienzos de septiembre, cuando el Barça iba como un tiro, pero aún no había mostrado su metamorfosis como ahora, a finales de 2024, con el proyecto de Flick en su primera situación delicada en LaLiga desde que asumió el cargo.
En estos cinco meses, Pedri ha dejado de ser un mediapunta, un rol cada vez más en desuso y que está siendo sustituido en el fútbol moderno por jugadores más híbridos en ese puesto. Y precisamente eso es lo que está cincelando el entrenador germano con el canario, que bien puede adoptar el papel de 'piedra angular' del bloque en la medular como asentarse al borde del área y ser efectivo de cara a portería.
Algo que denota muy bien este cambio es la estadística avanzada, que, para establecer un esbozo general de su temporada, compara al español con centrocampistas al uso y no con enganches.
En ese grupo, el de los mediocentros, todos los guarismos de Pedri destacan sobre sus competidores dentro de las cinco grandes Ligas europeas. Está en un percentil 94 en cuanto a acciones para la creación de tiro (4,28 por partido), un 97 en pases progresivos (8,58 por cada 90 minutos) y un 92 en bloqueos (1,78 por duelo).
Se trata de tres marcas muy distintas entre sí, pero no están escogidas por casualidad. Cada una hace referencia a una ubicación sobre el campo: los enganches suelen ser los motores para la generación de ocasiones, los centrocampistas creadores los que más hacen progresar al equipo con sus envíos y los pivotes se fajan mucho en labores más oscuras y defensivas.
Pues bien, el '8' del Barcelona está entre los mejores en esas tres estadísticas, lo que habla a las claras de que se ha convertido en un jugador total dentro de la zona ancha del combinado catalán. Flick le ha ayudado mucho a aplicarse en la presión, que no significa a hacer más esfuerzos, si no a rentabilizarlos mejor y realizarlos en momentos más importantes. Eso queda plasmado si a Pedri se le compara con los mejores mediapuntas del continente, ya que en aspectos defensivos presenta unos percentiles muy altos: 97 en derribos, 92 en intercepciones, 98 en bloqueos y 83 en despejes.
En su mejor momento
Esa confianza que el de Tegueste mencionaba que le ha otorgado su nuevo entrenador se hace patente en dos conceptos muy diferentes entre sí: su efectividad de cara a gol y su regularidad.
Pedri nunca ha sido un jugador de grandes marcas anotadoras, pero este curso, solo en LaLiga, ya lleva cuatro dianas, por las 1,67 que la estadística indica que debería haber marcado según la calidad de las ocasiones que ha tenido. Dicho de otra forma, el canario ya lleva los mismos goles que en toda la temporada pasada, está a dos de los logrados en la 22/23 y supera los que sumó tanto en la 21/22 como en la 20/21.
La explicación de esto es el acierto, el entender mejor el juego y la confianza, y en este último aspecto ha tenido mucho que ver el encadenar varias semanas sin ningún problema físico, una lacra que estaba comenzando a minar una carrera que parecía destinada a la más absoluta élite.
«En el club trabajamos muchísimo más que antes. Nos entrenamos más duro y eso en el partido se nota», sentenció el español, como relatando que esa preparación ha hecho mella, para bien, en su continuidad, esa que le está permitiendo ser un líder en el terreno de juego y llevar por el camino adecuado a los jóvenes, cuando él tan solo tiene 22 años.