El obispo de Ávila, Jesús Rico García, tenía este viernes el tradicional encuentro navideño con los medios de comunicación abulenses, una cita que le servía para reflexionar sobre los objetivos que la diócesis se marca de cara al año próximo así como para hacer balance de su primer año completo como obispo en la Diócesis de Ávila. Un año, decía «de toma de contacto» con su realidad, «muy distinta la de la ciudad de la de los pueblos».
«Yo estoy pensando en ver cómo hacer un grupo de seglares comprometidos que puedan hacer acompañamiento pastoral, formándoles a todas estas realidades», se refería a la noticia ya anunciada en su día por Diario de Ávila en relación a la falta de sacerdotes en muchos de los pueblos de la provincia. «Hoy un sacerdote tiene a lo mejor siete u ocho pueblos y puede ir una vez al mes a cada pueblo», reflexionaba. «Evidentemente no se trata de hacer sacristanes, con todo el respeto y cariño a los sacristanes, que están haciendo en nuestros pueblos una labor impresionante de cuidado del templo.Sería más bien una atención pastoral de seguimiento de la gente, preparándose», reflexionaba Rico García, «pero poco a poco». Y es que, reconocía el obispo, éstas son «labores delicadas y Ávila es lo que es, es una diócesis pequeña y no es fácil seleccionar y sacar gente».
En cualquier caso, si algo quería hacer el obispo era ensalzar la labor de los sacerdotes diocesanos abulenses. «Creo que los sacerdotes no son perfectos pero son buenos y están haciendo también una labor de entrega muy meritoria», alababa el trabajo de sus compañeros.
Además, Rico García, adelantaba que el Consejo de Pastoral celebrará el 11 de enero el primer encuentro de trabajo importante en la diócesis. «Está constituido por representantes de los pueblos y de la ciudad. Ahí se analizará el Plan de Pastoral del año y se sacarán las conclusiones más oportunas para realizar», comentaba el obispo, que explicaba que el 2025 todo se encuadrará «en el tema de la esperanza, que va a coincidir con el lema del Jubileo, del Año Santo, que es 'La esperanza no defrauda'»
Por otra parte, y a modo de balance del año que se despide, el obispo destacaba los «detalles de Cáritas y otras instituciones con motivo de la DANA y otras necesidades que son ordinarias en la sociedad en la que estamos viviendo, de gente necesitada».
el mensaje navideño. Y como ya es tradicional en estas fechas, el encuentro del obispo con los periodistas de Ávila sirvió también para que el prelado leyera un mensaje navideño, en el que en esta ocasión invitaba a los abulenses a ser conscientes de que «el gran regalo que nos recuerdan estas fiestas es el que nos ha hecho el mismo Dios dándonos a su propio hijo. El gran regalo para los hombres es Jesucristo», decía RicoGarcía
«Si realmente queremos celebrar la Navidad, como nos recuerda el Papa Francisco, redescubramos a través del pesebre la sorpresa y el asombro de la pequeñez, la pequeñez de Dios, que se hace pequeño, no nace en el esplendor de las apariencias, sino en la pobreza de un establo», proseguía hablando el obispo de Ávila, para el que «la oración es la mejor manera de decir gracias ante este regalo de amor gratuito, de decir gracias a Jesús que desea entrar en nuestras casas, que desea entrar en nuestros corazones».
«La Navidad puede ayudarnos a descubrir mejor el carácter interesado de nuestras ocupaciones y nuestras relaciones, y puede ser también una llamada a vivir de manera más generosa y gratuita colaborando en crear una sociedad más fraterna y solidaria», planteaba.