Al menos tres años han transcurrido desde que el Foro por la Memoria de Ávila inició los contactos para poder acceder a una finca rústica situada en el paraje de La Cerradilla, en Navarredonda de Gredos, donde están enterrados varios represaliados durante la Guerra Civil, cuyos restos quieren localizar y exhumar, igual que ya se ha hecho con decenas de fosas en toda España. Pero en este caso, igual que en el de otra finca particular ubicada en Moraleja de Matacabras, «la negativa de la propiedad a dejarnos entrar para realizar la excavación» ha acabado llevando a este colectivo a «pedir el amparo de la ley aprobada en 2007» para poder llevar a cabo ambas exhumaciones, explica el presidente del mismo, Bruno Coca.
En su artículo 14.3, la Ley de Memoria Histórica contempla que si los dueños de los terrenos no dan su consentimiento para que puedan localizarse los restos de personas desparecidas violentamente durante la Guerra Civil, «las Administraciones públicas podrán autorizar la ocupación temporal, siempre tras audiencia de los titulares de derechos afectados, con consideración de sus alegaciones, y fijando la correspondiente indemnización a cargo de los ocupantes».
Y en período de información pública se encuentra ahora el expediente de ocupación temporal de ambas fincas «para que cualquier persona pueda aportar por escrito los datos oportunos para la rectificación de posibles errores u oponerse por razones de fondo o de forma, a la necesidad de ocupación» de ambas parcelas por parte del Foro de la Memoria de Ávila para exhumar una fosa de la Guerra Civil, según figura en el anuncio publicado en el Bocyl por la Consejería de Cultura y Turismo.
El propietario de la finca de Navarredonda es el conocido actor de doblaje Ramón Langa que, en declaraciones a este diario, asegura «no tener ninguna objeción para que encuentren los restos, pero siempre que la iniciativa sea de la familia de las personas que están enterradas allí; si es necesario les ayudo yo mismo a cavar, pero es que no fue ningún allegado» de las personas allí sepultadas «quien se dirigió a mí para pedirme poder entrar en la finca a desenterrarles», afirma el actor. «Sólo después de manifestarles mi opinión sobre el tema me trajeron una autorización firmada por alguien de la familia», añade.
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