El Real Ávila que quiso ser campeón... y lo fue

Alberto Sánchez
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El Real Ávila se proclama campeón en una temporada en la que han sido los grandes protagonistas. Líderes en solitario desde la jornada 11ª, nunca más cedieron la primera posición

El Real Ávila que quiso ser campeón... y lo fue

Por adelantado. Una jornada –ante el Mirandés B– le ha 'sobrado' al Real Ávila para proclamarse campeón del Grupo VIII de Tercera y conseguir el ansiado ascenso a la Segunda RFEFen una temporada que ya es histórica.No ha sido sencillo lograrlo. «La seña de identidad de este equipo ha sido ganar sufriendo». Incluso en su mejor momento, cuando los encarnados parecían imparables en lo más alto de la tabla y despachaban rivales uno tras otro, el equipo de Miguel de la Fuente se movía en el estrecho margen de la gloria y el fracaso, aquello que se llamó 'unocerismo', lo más práctico del fútbol y que define mejor que nada la propuesta de un entrenador que desde el primer momento que pisó el Adolfo Suárez supo lo que quería de los suyos para hacerles campeones. «El Real Ávila tiene que ser un equipo muy difícil de ganar». Dicho y hecho.No había otro camino para dejar atrás la Tercera RFEF y llegar una Segunda RFEF que se le resistía a los encarnados año tras año. Muchos lo habían intentado, pero no habían sido capaces. Lo ha conseguido Miguel de la Fuente, el 'elegido' en el primer proyecto de puño y letra de Team Ávila, propietarios del club encarnado desde enero de 2023, y Joan Farías, Director Deportivo, que en un mes de mayo de 2023 y con el club, el equipo y la afición aún 'doloridos' por la derrota ante el Salamanca UDS en el Helmántico en los playoffs de ascenso, dijo claro lo que quería. «Queremos hacer un proyecto sólido con la idea de ser primeros». Directo. Sin tapujos. «Tenemos una idea clara y yo tengo una obligación y es llevar al equipo a ser primero desde el primer minuto» dejaba muy claro Joan Farías hace un año cuando daba a conocer que José 'Chino' Zapatera, que había ocupado el banquillo tras el cese de Rubiato, no era la elección para liderar el nuevo proyecto. Ya entonces el nombre de Miguel de la Fuente retumbaba por los pasillos. Sus dos últimas temporadas al frente del Atlético Tordesillas le colocaban como el candidato número uno al puesto. Y aceptó aunque la exigencia era máxima. Un año después el Real Ávila es campeón. Misión cumplida,Miguel.

14 amistosos

Pretemporada extraña como poco. No sólo fueron los jugadores a prueba, las idas y venidas propias de los meses estivales o la idiosincracia de un proyecto que trata de conseguir ingresos a través de 'futuribles' traspasos, sino un calendario repleto de compromisos amistosos que dejaban poco espacio a los entrenamientos y obligaban a muchos partidos.Hasta 14 en apenas mes y medio. «No es el número que me hubiera gustado» decía entonces Miguel de la Fuente consciente del poco margen que le dejaba todo aquello para desarrollar su idea.

La temporada se abrió un 10 de septiembre en el MarianoHaro ante unBecerril que ha terminado por ser la sorpresa del campeonato pero que entonces parecía un 'caramelito en dulce' para empezar. Sin embargo la puesta en escena no fue lo esperado. El Real Ávila regresaba de Palencia con un 1-0 en contra en un curso en el que las exigencias impuestas desde el inicio se lo podían llevar todo por delante a las primeras de cambio. Lo sabía Miguel. Primera jornada, primera derrota. Un revés del que todos tomaron buena nota. De aquello, esto.

Pagó los platos rotos el Laguna (6-0) en su visita al Adolfo Suárez.La mayor goleada de la temporada sirvió para enmendarse y aplacar los nervios. Era líder entonces el UDSanta Marta, que comenzó el curso como un 'tiro'. Tras aflojar tomó los mandos un Salamanca UDS al que todos miraban como el verdadero candidato. Sin embargo el equipo de Miguel de la Fuente fue poco a poco haciendo los deberes. Ante el Atlético Bembibre (0-1) conseguían su primera victoria a domicilio y con un triunfo incontestable (2-0) ante el Cristo Atlético refrendaban sus buenas hechuras.

Líderes

Así, ante el Villaralbo –jornada 5ª– y con un 3-0 el Real Ávila se colocaba por primera vez líder, aunque fuera compartido –12 puntos– con la Leonesa B. El equipo encarnado volvía a estar en lo más alto del Grupo VIII 2.177 días después. Desde aquella temporada 2017-18 en la que ocuparon el primer puesto con César Jiménez no lo habían vuelto hacer.  Mientras el Salamanca UDS comenzaba un periodo de dudas –12 puntos de 30 posibles– que explican lo de ahora. Nada es casualidad. El 'apretón del vago' no siempre sale bien.

Aquel liderato se pondría a prueba de la mejor manera, ante el Salamanca UDS en el Helmántico. Y la realidad dijo que el Real Ávila estaba preparado para todo. Aunque era la jornada 6ª, el equipo encarnado presentaba oficialmente su 'candidatura' ante el Salamanca UDS al que doblegó en una tarde de barro y lluvia en la que los encarnados le 'mojaron' la oreja (0-2) a los charros. Todos los 'peros' que se pudieron poner a las victorias ante el Laguna, Bembibre, Cristo Atlético o Villaralbo, se disiparon en un escenario y ante un rival que no admitían dudas. Este Real Ávila podía.

Siguió el triunfo (1-0) ante el Almazán o el empate en el Área de Puente Castro ante el Júpiter Leonesa B (0-0), el único que le discutía el liderato y el ritmo a los encarnados, que perderían la condición de líderes cuando el Burgos Promesas arrancaba un empate (0-0) en el Adolfo Suárez mientras la Leonesa B vencía (1-3) al Villaralbo. Pero el fútbol siempre da nuevas oportunidad. Mucho más en una temporada que no había hecho sino comenzar, aunque ya empezaba a mostrar algunos detalles, como la 'caraja' de un Atlético Astorga demasiado despistado durante la primera vuelta por la disputa de la Copa del Rey o la figura de un Atlético Tordesillas dispuesto a volver a ser el gran animador, aunque ya no tuvieran a Miguel de la Fuente al frente en Las Salinas.  

En solitario

Si el Real Ávila volvía a compartir el liderato –jornada 10ª– apenas una semana después con su triunfo en la Nueva Balastera ante elPalencia CF (0-1) y el empate (0-0) entre la Leonesa B y Salamanca UDS, por primera vez se pondría al frente del Grupo VIII con la victoria (3-2) ante el Atlético Tordesillas. Lo agarró entonces y ya no lo volvería a soltar.

En una tarde de locura, el Adolfo Suárez se entregó a los suyos en un partido de alto voltaje y no menos tensión en el que el Real Ávila fue capaz de levantar un 0-2 inicial y pasar de la depresión al delirio  total con el 3-2 de Toper certificando la remontada en una tarde que daría mucho que hablar.Demasiado. Porque el 1-2 de Tena antes del descanso generó demasiado ruido. Entró con todo el centrocampista encarnado para llevar el gol al marcador, pero se llevó por delante a Cachuli, al que golpeó en la cabeza, abandonando el partido con una brecha.Se habló del árbitro y se hablaron de demasiadas cosas. Un triunfo que elevó a los encarnados a lo más alto de la clasificación para comenzar a abrir brecha con todos antes de cerrar el 2023 y marcharse de vacaciones como líder indiscutible.

Ganó al Atlético Astorga (0-1), empató con el Colegios Diocesanos (0-0) en el Adolfo Suárez y la 'suerte del campeón' le echó una mano en el Vicente del Bosque -Compostilla ante la Ponferradina B (0-1). El Real Ávila se comía las uvas con 6 puntos de ventaja sobre laLeonesa B y Tordesillas, 7 sobre el Cristo Atlético, 8  con el Santa Marta, 10 con el Burgos Promesas y 11 con el Salamanca UDS. Pero la realidad de los puntos no impedían a Miguel de la Fuente advertir de una realidad. Para mantener el ritmo necesitaba más. «Estamos con lo justo» decía en aquel final de año un técnico que pedía a gritos refuerzos en el mercado invierno. Si querían ser campeones, necesitarían ayuda porque De la Fuente apenas contaba con 14. Álvaro, Alpha, Ibra, Carlos Pascual, Llorián, Alberto Martín, Dani Tena, Fer Albín, Fer Díaz, Dani Marqués, Toper, Jorge Campos, Nabil –se acabaría marchando– e Ivi –lesionado– formaban la base.  Llegarían Velasco –una lesión le ha impedido debutar–, Álex Moreno, Paco Benítez, Simón o Shergo para tratar de apuntalar lo que se estaba tratando de construir con tanto esfuerzo como ilusión, el ascenso.

El regreso con el inicio de 2024 no hizo sino confirmar la marcha imparable de un equipo entonces abonado al 'unocerismo' y que cerró la primera vuelta con las victorias ante el UDSanta Marta (1-0), La Virgen del Camino (0-1) o el Mirandés B(1-0) con el gancho puesto. Porque al equipo ya se le veía desde hacía tiempo con lo justo, al límite aunque solvente para proclamarse campeón de invierno, un título honorífico que no supone mucho pero dice bastante.

Campeón de invierno

Fue una primera vuelta con unos números impecables para los encarnados. 42 puntos de 51 posibles, 13 victorias, 3 empates y una derrota pero en especial el 'título' del equipo que entonces menos goles recibía de todo el panorama del fútbol profesional español. Ningún equipo de los 496 que se mueven entre la Primera División yla Tercera RFEFtenía registros similares.  Cuatro goles en contra, 13 porterías a cero... Nadie se acercaba entonces a los números de los encarnados, que se movían a la perfección en las distancias cortas. Desde la solidez atrás, al convencimiento en ataque. Con una les bastaba para definir los partidos.

Una marcha imparable con la que se abría la segunda vuelta. Del 3-1 ante el Becerril al 0-1 ante el Laguna. Era ya el mes de febrero, la jornada 20ª y el Real Ávila y su liderato gozaban de una salud envidiable. Aquella tarde el zapatazo de Álex Moreno desde la frontal no sólo servía para ganar sobre la bocina al Atlético Bembibre (1-0) sino para situar a los encarnados al frente de la clasificación con la mayor ventaja de toda temporada. Aquella jornada 20ª la cerraba el Real Ávila líder con 51 puntos. Tenía 12 de ventaja sobre la Leonesa B (39), 13 con el Atlético Tordesillas (38) y 15 sobre el Salamanca UDS, entonces cuarto con 36 en el casillero. Y aunque los encarnados daban ciertas señales de 'agotamiento', en aquel momento parecían imparables. Cualquiera lo hubiera firmado. Sin embargo aquella tarde 'algo' pasó en las entrañas del Adolfo Suárez. Miguel de la Fuente se 'derrumbaba' en rueda de prensa. Ymientras pronunciaba aquella frase de «no es fácil entrenar al Real Ávila» abandonaría la sala de prensa. Se dio carpetazo al tema. Lo cerró Miguel de la Fuente.  «Estoy encantado de estar aquí y estar haciendo esta temporada, pero es bastante más difícil de lo que me habían dicho que podía ser entrenar a un equipo como el Real Ávila». Sin embargo, fue el preámbulo de lo que estaba por llegar.

Primera derrota...

Seis meses después y tras 19 partidos sin conocer la derrota y sumando sin parar, el Real Ávila volvía a perder. En La Nueva Balastera el Cristo Atlético recordaba a los encarnados lo que era perder para abrir entonces un resquicio a las dudas que se desbocarían poco después. El empate ante el Villaralbo (0-0) en tierras zamoranas fue la antesala de un partido ante el Salamanca UDS que se 'aceptó' como una final cuando no lo era. Necesitaba encender el ambiente unSalamanca UDS que llegaba al Adolfo Suárez –jornada 23ª– sabiendo que era su partido si quería optar al liderato.Necesitaba ganar para creer que podía obrar la remontada y hacérselo creer a un Real Ávila que se vio superado por toda la escenografía. Ante un Real Ávila sin personalidad, el Salamanca UDS se llevó el partido a su terreno con un 0-2 que hizo un daño tremendo a los encarnados pese a toda la ventaja que tenían entre manos.

... Y un mar de dudas

Poco a poco los encarnados fueron cediendo terreno. Aquel mes de marzo el Real Ávila ganó al Almazán (1-2), empató con el Júpiter Leonesa B (0-0), ganó en Castañares alBurgos Promesas (1-2) y empató con el Palencia en casa (0-0) para afrontar un duelo –jornada 28º– ante el Atlético Tordesillas que acabó por encender todas las alarmas. El 3-1 en Las Salinas fue un rejonazo profundo que situó a los encarnados ante un escenario insospechado. Hubo quien incluso dudó del entrenador.

Aquel equipo que se vio líder indiscutible por méritos propios con un enorme colchón de puntos lo perdió en un abrir y cerrar de ojos ante el vértigo de verse tan cerca y al mismo tiempo tan lejos por  un enrevesado calendario que llevó a verse las caras de manera consecutiva con todos aquellos –Cristo Atlético, Salamanca UDS, Leonesa B, Palencia o Atlético Tordesillas– que ansiaban lo que los encarnados tenían entre manos y agotados por la fatiga física y mental de una plantilla que ya avisó Miguel de la Fuente que no daría para todo si no se hacían bien los deberes cuando había que hacerlos. Tenía el Real Ávila su particular colchón para cuando vinieran mal dadas pero apenas le duró. De 24 puntos disputados, 9 sumados. Si seguía líder era por todo lo bueno que hizo antes. Dos puntos le separaban de un Salamanca UDS que venía por detrás como un tiro –le había recortado 13 puntos– espoleado por sus  actuaciones y la sensación del miedo que ha sido capaz de propagar por el ambiente e infundir a un líder tan necesitado de victorias como del carácter y la personalidad de líder que había perdido.

 

Astorga, una final

Y con ello se presentó el Atlético Astorga –jornada 29ª– en el Adolfo Suárez. En un contexto de dudas se lo jugaba todo el equipo encarnado, que sacó carácter y personalidad para sobrevivir a los maragatos (2-1) y rearmarse anímicamente. El triunfo infundó valor y ganas.  Los encarnados se 'comieron' alDiocesanos en el derbi (1-5) al tiempo que el Salamanca UDS perdía (2-1) ante el Tordesillas, una derrota clave para aclararlo todo. Con 5 puntos sobre el Salamanca UDS y 6 sobre el Tordesillas, el Ávila ganaba margen de error.

Ganar y esperar

Con cuatro partidos por jugar era cuestión de hacer lo propio y esperar. Se ganó (2-1) a la Ponferradina B –jornada 31º– mientras el Tordesillas se descartaba de la pelea al perder (1-0). Era cosa de dos y tres partidos por delante. Estuvo de cerca de llegar el ascenso en la visita (0-3) al UDSanta Marta –jornada 32ª– pero el Salamanca UDSsalvó los muebles en el último momento ante el Diocesanos. Sin embargo el Ávila recibiría a La Virgen del Camino –jornada 33– sabiendo que ganando su partido el ascenso ya no dependía de nadie más. Yganó.