Cruz Roja en Ávila atendió el año pasado a 179 personas de nuestra provincia que se encontraban en situación de pobreza energética. Para mejorar esta realidad se realizaron 142 entregas de bienes, la mayoría, 131, fueron entregas de kits de eficiencia energética, que incluyen diversos productos como bombillas led de bajo consumo, regletas, o material aislante como burletes para puertas y ventanas. También se distribuyó menaje y se entregaron electrodomésticos eficientes, como ollas a presión o calefactores, en 55 ocasiones.

Las personas que se acercaron a las Asambleas Comarcales de Cruz Roja en Ávila en 2023 también recibieron talleres teórico-prácticos en los que se estudia la factura de luz de las familias, analizando qué tipo de tarifa es más adecuada a su situación, la potencia contratada o el bono social entre otras cuestiones, con el objetivo de reducir el importe de las facturas para adecuarse a la necesidad de cada familia. 

En total se capacitó a 138 personas en estos talleres y se orientó a otras 31 personas. También se realizaron visitas a domicilio y cinco asistencias: ejecución de obras en la vivienda o cambios de caldera, todo para mejorar la eficiencia energética de la vivienda.

Estos datos se extraen del estudio 'El impacto de la pobreza energética en la vulnerabilidad social de la población atendida por Cruz Roja en el contexto de la crisis inflacionaria', presentado este jueves por la ONG. 

Según se extrae del mismo, el problema más acuciante experimentado por las familias durante 2022 –últimos datos disponibles– fue la incapacidad de más del 60% de los encuestados de mantener el confort en sus viviendas tanto en invierno como en verano, lo que se puede relacionar con múltiples causas y condiciones.

La primera es de carácter socioeconómico: más del 85% de los hogares del estudio se encuentran en situación de riesgo de pobreza y/o exclusión social, principalmente por el bajo nivel de renta de la población analizada, con un 63% de las personas en situación de pobreza relativa y un 68% con carencia material y social severa.

La falta de temperatura adecuada en los hogares, fenómeno que golpea de forma más evidente a las personas vulnerables, está muy relacionada con una tendencia creciente de muchas familias a restringir la calefacción por miedo a la factura. Un hecho que se disparó en 2022 debido a la inflación y que supuso que solo un 9% de las personas encuestadas utilizaran la calefacción sin restricciones durante el invierno anterior al estudio (2022-2023). Además, más del 90% de los hogares decidieron no encender la calefacción, o hacerlo menos. Ante este escenario, más de un 25% de los hogares experimentaron retrasos en el pago de facturas en mayor proporción que en años anteriores lo que confirma la conexión entre este miedo a la factura con la creciente situación de incomodidad térmica de estos hogares.