La música propia de la Navidad traspasó los muros centenarios de la iglesia de Mancera de Arriba durante el Certamen de Villancicos de la Sierra de Ávila, celebrado allí este sábado ante un público numeroso y atento. Vecinos de catorce localidades de esa comarca abulense participaron en un evento que alcanzaba ya su edición número doce y que, cada año por estas fechas, se celebra en un pueblo distinto precisamente para que todos puedan disfrutar de una actividad que ha ido creciendo a lo largo del tiempo, sobre todo por el entusiasmo de las gentes de la sierra.
No en vano, se trata de un certamen no competitivo, en el que en esta edición han participado Benitos, Cabezas del Villar, Chamartín, Cillán, Gallegos de Altamiros, Gallegos de Sobrinos, Mancera de Arriba, Martiherrero, Mirueña, Muñico, Sanchorreja, San García de Ingelmos, San Miguel de Serrezuela y Solana de Rioalmar.
Todos ellos son municipios que sufren una tremenda sangría poblacional, de ahí que a pesar del elevado número de pueblos participantes y a que además de los miembros de cada coral acudieron allí sus acompañantes para escucharles cantar, en la iglesia de Mancera de Arriba hubiera alrededor de trescientas personas. Sin embargo, el valor de este tipo de iniciativas está precisamente en su gran capacidad para unir a los vecinos de localidades dispersas en torno a una ilusión común: la de cantar a la Navidad juntos y, además, propiciar un espacio de convivencia entre distintas generaciones. De hecho, en la mayoría de las catorce corales participantes había voces infantiles y adultas entonando villancicos, unos de corte tradicional y otros algo más contemporáneos.
El certamen finalizó con un chocolate caliente con bizcochos para combatir el frío de diciembre.