Ávila pone en valor la figura de Adolfo Suárez como artífice de la Transición y lo hace a través de un acto en el que la Junta de Castilla yLeón se une a la Universidad Católica de Ávila coincidiendo con el décimo aniversario de su fallecimiento. El consejero de Presidente, Luis Miguel González Gago, explica los motivos.
La Universidad Católica de Ávila y la Junta de Castilla y León organizan este acto de homenaje a Adolfo Suárez. ¿Con qué finalidad?
La finalidad es poner en valor, aunque indudablemente ya lo tiene, la figura histórica de Adolfo Suárez como un gran líder político y hacerlo en una fecha especial, el décimo aniversario de su fallecimiento. Por lo tanto, creemos que siempre es bueno recordar esta figura, recordar su pensamiento, recordar sus acciones y más con efemérides que se cumplen y que parece que abocan más a ello.
¿Qué destacaría de la figura de Adolfo Suárez y su papel en la Transición?
Fue una figura que cuando surgió levantó poco entusiasmo y mucha crítica en su nombramiento por muchos sectores políticos, tanto a la izquierda como a la derecha. Y siendo un político novedoso, destacó por la visión que realmente tenía de cómo transformar a España en una época complicada. Estamos hablando de esa primera etapa democrática y por lo tanto nadie pensó que dentro de sí guardaba tantas cosas.
Hablar de Suárez es hablar de concordia y consenso. ¿Echa en falta esos dos valores en el momento político actual?
Pues hombre, sinceramente sí, por lo menos al nivel que entonces se produjo. Yo creo que el conjunto de valores que inspiraban entonces la política, pensando todo el mundo de verdad en el bien común, en la necesidad de avanzar, en la necesidad de consolidar la democracia, en la necesidad de que España fuera mejor, en la época actual no siempre se persigue, al menos no se traslada así. Solo hay que ver los procesos actuales que se están viviendo a nivel independentista, con el proceso catalán, y que, lógicamente, si hay algo que no ha habido es precisamente esa búsqueda de consenso. y de concordia entre todos los españoles. Tenemos una situación políticamente muy polarizada y de ahí también que socialmente los ciudadanos estén un poco artos de la clase política actual y de que no estemos a la altura que las circunstancias exigen.
En el plano personal, ¿qué enseñanzas de Suárez aplica a su actividad política diaria?
Yo creo que sobre todo intento seguir ese objetivo de no verlo todo a corto plazo, mirar siempre lo que es la finalidad de servicio público a medio y largo plazo. Las cosas cuesta sacarlas y gestionarlas, y por lo tanto no debemos ser cortoplacistas. Adolfo Suárez, para entendernos, si hubiera sido cazador, iría siempre mirando al horizonte, porque tenía en su cabeza esa expectativa de futuro que a mí como político me gustaría tener o intentar poder desarrollar. Desde luego no ser cortoplacista, y bajo esa base de servicio público, mirar a medio y largo plazo.
Hablaba hace un momento de la polarización existente. ¿Cree que un homenaje a una figura como Suárez en este momento es todavía más necesaria?
Por supuesto, yo creo que si hay algo en lo que todos estamos de acuerdo es en la figura indiscutible de Adolfo Suárez, una persona moderada, de centro, que recibió el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia, y creo que nadie de ningún posicionamiento político en la actualidad, de cualquier signo, ya sea más a la izquierda o más a la derecha de su figura, puede negar su valía, y por ello nos acordamos de su figura en estos diez años de su fallecimiento. No en vano, este acto que realizamos en Ávila va a contar con dos personas de dos ideologías distintas que, estoy seguro, van a reflejar la importancia de la figura de Adolfo Suárez, los ex presidentes del Gobierno, José María Aznar, del Partido Popular, y Felipe González, del Partido Socialista Obrero Español. Eso demuestra que es una figura indiscutible más allá de la ideología que cada uno tenga.
¿Qué supone para este homenaje contar con Felipe González y José María Aznar?
Supone contar con dos personas que vivieron la época de Adolfo Suárez, que vivieron de cerca sus políticas, desde posiciones no siempre idénticas. Felipe González fue contrincante directo en las Elecciones Generales y José María Aznar también a partir de la última etapa de Suárez. Por lo tanto, el hecho de que dos personas de ideología no exactamente igual acudan a este acto corrobora la grandeza que como político tuvo Adolfo Suárez y que nunca los españoles le estaremos suficientemente agradecido.
Suárez también fue un firme defensor de la Constitución española y sus principios de libertad, igualdad, justicia y pluralismo político. ¿Qué mensaje lanzaría a aquellos que la ponen en tela de juicio?
Adolfo Suárez fue importante porque consiguió también los Pactos de la Moncloa, que son esenciales para la economía del país, y aprobó, durante su mandato como presidente, los estatutos de autonomía de comunidades históricas como Cataluña, País Vasco o Galicia. Estas Comunidades, entiendo que siempre deberían estar agradecidas a ese paso hacia delante que Adolfo Suárez realizó y que llegó a consolidar en la Constitución con el Estado autonómico. Creo que si él viviera y pudiera pulsar determinadas opiniones o posiciones actuales, se vería desencantado de determinados líderes que no entienden lo que costó y la importancia que tuvo aquello que entre todos los españoles nos dimos en el año 78 y que por supuesto intentaremos que nuestros hijos tengan ese legado por parte de los que actualmente tenemos responsabilidades públicas.
Para finalizar, ¿qué mensaje quiere la Junta de Castilla y León que salga de este acto de homenaje?
Pues quizás, teniendo en cuenta la propia figura del presidente Adolfo Suárez y de los dos ex presidentes que participan en el homenaje, Felipe González y José María Aznar, me gustaría que de este acto pudiera trasladarse la importancia de remar todos en la misma dirección, aún siendo de ideologías distintas, cuando lo que se trata es de sacar adelante el bienestar de la nación, el bienestar de los ciudadanos, y más en un momento como el actual en el que estamos viviendo con la gran catástrofe de la DANA en Valencia. Ver que, más allá de los intereses específicos partidistas en las cosas importantes, hay figuras que son capaces de anteponer el interés de los ciudadanos y el servicio público.