Acompañado de sus familiares directos y amigos más íntimos regresó ayer a Ávila en su último viaje José Antonio Vaca de Osma y Esteban de la Reguera. El que fuera gobernador civil de la provincia abulense durante los diez años que discurrieron entre 1957 a 1966 y enamorado para siempre de esta tierra había fallecido en Madrid el día anterior cuando sus 91 años no dieron más opción a su inveterada vitalidad, siempre alentada y coaligada entre sus funciones políticas, diplomáticas y literarias.
A mediodía de ayer, el fallecido llegó a la capilla del crematorio municipal, acompañado de sus emocionados hijo e hija, que pasaron su infancia en Ávila, y de su esposa, donde se ofició una misa corpore insepulto previa a su sepelio en el panteón familiar que había mandado construir tiempo atrás para así permanecer perpetuamente ligado a la tierra que le marcó personal y emocialmente.
José Antonio Vaca de Osma, abogado, diplomático, historiador y seguramente el representante político abulense de mayor influencia ante el poder central durante la posguerra, siempre en defensa decidida de los intereses de la capital y su provincia, protagonizó la primera gran etapa de expansión y modernización de Ávila, con proyectos sucesivos que comenzaron al inicio de su mandato con la urbanización de la plaza de Santa Ana y avenidas de José Antonio y 18 de Julio.
Pero mucha más relevancia social tuvo la decidida voluntad de Vaca de Osma de procurar a miles de familias abulenses viviendas dignas y asequibles, mediante conciertos muy ventajosox para sus inquilinos llevados a cabo con los Ministerios de la Vivienda y de Fomento, a através de la Obra Sindical del Hogar y del Patronato Francisco Franco de viviendas de protección oficial.
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