Juan Carlos Garcimartín Jiménez es un autónomo de Maello que se dedica a la agricultura. Siembra girasol, cebada, trigo... y hace trabajos a terceros porque tiene una cosechadora y también cuenta con un almacén. «Hago casi de todo», asegura.

A lo largo del año hace un trabajo «duro, muy esclavo, muy sufrido», en especial en un momento como el actual porque «no ha sido un buen año, ya que ha caído una helada y aunque en otros sitios hay una cosecha asombrosa» ellos no han tenido tanta suerte y lo notan en los frutales, los pistachos... y «también en los trigos con casi un 60 por ciento menos el la zona. Somos los desgraciados».

Juan Carlos es de Maello, nacido y criado. Su futuro siempre lo tuvo claro, era a lo que se dedicaban sus padres y hermanos y el siguió el mismo camino. «No me ha quedado otra, como quien dice», asegura.

Pero eso no quiere decir que no encuentre cosas positivas en lo que hace y, sobre todo, en trabajar en un pueblo. Y alguna negativa también. Lo mejor para él es que «puedes hacer lo que quieras» y lo malo es «que es muy esclavo. Hay veces que yo, por el trabajo que tengo, muchos días hago muchas horas. Ahora, al que trabaja más de 10 horas le dicen que está loco, yo trabajo más de 10 horas muchos días o más. Y 20 días seguidos, sin descansar».

Por eso encuentra margen para mejorar la vida en los pueblos, sobre todo «tener lo que nos han quitado» porque antes tenían «un centro de salud que estaba todos los días y ahora vienen tres días. En el colegio hay niños pero están desapareciendo. Ayudas, antes hacían casas de protección, ya no hacen nada. Hay muchas cosas de esas que se han dejado de hacer. Al haber menos gente poco a poco se va perdiendo todo».

De vivir en un pueblo valora «la amistad que tenemos entre todos, el colegueo, que somos todos muy amigos. Que siempre, vayas por donde vayas, ves a uno de tu pueblo y es una alegría».