Cuando se habla de fútbol femenino en Ávila vienen algunos nombres a la cabeza. Uno es el de María Gordo Perdiguero. No porque fuera la primera o la mejor, aunque sin duda estaría en el once ideal de cada jornada, pero sí porque fue una de esas jugadoras que abrió camino cuando el fútbol femenino parecía lo 'raro' y lo extraño. Ylo sigue abriendo. Ahora lo hace desde los banquillos, una parcela donde aún hay que derribar ciertas barreras. Y desde banda sigue apegada al verde, al balón y al fútbol, con el que ha pasado toda su vida. Aún tiene 30 años. Y lo que la queda por delante.
«El fútbol siempre ha estado vinculado a mi vida». Se acuerda de su abuelo, su padre, sus hermanos, sus primos... «Me viene de familia».A partir de ahí ella le fue dando forma hasta convertirse en una de las referentes en este deporte. «En aquel momento éramos muy poquitas» recuerda.A los 14 años ya estaba con las mayores en Segunda División con aquel Casa Social Católica que caminaba muy alto. Se la recuerda de su etapa con las verdinegras, pasó por el Victoria, jugó en el Salamanca FF y se atrevió a hacer las maletas para jugar en el Deportivo de La Coruña. «Quizás tan lejos de Ávila –Cris o Veloz jugaron enMadrid– fui de las pocas que lo hizo. Ahora hay más posibilidades de hacerlo, de que te vean. Hay más oferta, pero en aquel momento no. Cuando acabé la carrera –Psicología– me pude permitir ser futbolista aquellos años hasta que decidí elegir otro camino». Dejó de jugar cuando «los domingos por la mañana podía desayunar tranquila. Cuando ya no me movían las mismas sensaciones». Es lo que se llama motivación. «Eso lo he recuperado entrenando. Me vuelve a costar dormir». De nuevo la vuelve a costar desayunar por las mañanas.
Lo cierto es que siempre ha sido entrenadora. «Raquel me enganchó» desde los primeros momentos para compaginarlo como jugadora.Empezó por los más pequeños, los prebenjamines. «Quizás en este caso sí pueda decir que he sido de las más jóvenes en entrenar y hacerlo en todas las categorías». Cuando la ilusión por jugar se empezaba a apagar, se encendieron otros caminos. Uno bastante exótico. Se aventuró como entrenadora asistente en la Selección China de Fútbol Playa.
Muchas veces ha pensado qué hubiera sido de ella en este momento, en este fútbol femenino en pleno crecimiento. «Hubiera molado pero también es verdad que, sin nosotras, quizás el fútbol femenino no estaría ahora donde está» señala una de esas jugadoras que han tenido que pisar el 'barro' para que ahora otras pisen el verde. Lo que sí tiene claro es que el fútbol de antes «me ha dado mis mejores amigas.Quizás ahora, donde se mueve todo de forma más profesional, no me lo habría dado».
Todo ello fue una etapa, como lo ha sido su presencia al frente del equipo femenino del Milagrosa Las Nieves. «Yo ya veía que el ciclo estaba llegando a su fin». Le llegó la propuesta del Salamanca FFpara hacerse cardo primer equipo, el de Tercera Femenina. Una categoría más y un club «al que tengo mucho cariño y que para mi es un referente de lo que hay que hacer en el fútbol femenino, un club que surgió y apostó hace 12 años por el fútbol femenino», por el que ella seguirá apostando fuerte y abriendo camino.