ES la ciudad de Caltanissetta la antiguamente conocida como Nissa, abrigada por el montañoso interior siciliano y cargada de historia. En ella se asentaron gentes de distintas culturas que tuvieron el Mediterraneo como centro de sus actividades comerciales y de belicosa expansión territorial. Griegos, romanos, normandos y árabes se sucedieron en la isla siciliana previamente a formar ésta parte de la Corona de Aragón desde el siglo XIII, con la consiguiente llegada y permanencia de los españoles en el que sería uno de los virreinatos del Imperio hispano hasta apenas comenzado el siglo XVIII y el reinado de Felipe V.
Algunos de estos españoles estuvieron vinculados a Ávila de forma destacada. Baste con citar a Alonso Carrillo de Albornoz, obispo de la diócesis abulense (1496-1514) tras serlo de Catania y que descansa en su sepulcro labrado por Vasco de la Zarza en la Catedral de Toledo; una abulense, como fue María Dávila, esposa del virrey de Sicilia Fernando de Acuña, esa gran mujer que residía en su palacio de Velada y fundó el convento de Santa María de Jesús ‘las Gordillas’, entre otras importantes intervenciones en la ciudad castellana; o como algunos miembros de la familia del citado Vasco de la Zarza, con probable estancia de este mismo en la isla durante sus primeros años como artista.
Hablamos de cuatro siglos largos de convivencia simbiótica entre españoles y sicilianos de la que se beneficiaron mutuamente ambos pueblos, ambas culturas; una evidencia que incluso se advierte al escuchar hablar la lengua siciliana de origen romance.
Ahora, con el cercano mes de mayo, de nuevo un puñado de abulenses visitará Sicilia para estrechar lazos con algunos de sus habitantes gracias al nexo cultural que supone la peculiar y participativa celebración de la Semana Santa, tanto en Ávila como en Caltanissetta.
Los 63.000 habitantes de la ciudad conocida, con doble y romántico sentido, como ‘corazón de Sicilia’, indican que su población es similar a la de Ávila, extendida en una ladera del monte San Giuliano, alrededor de su catedral renacentista, obra que se inició en la segunda mitad del siglo XVI. Su fachada del XVIII se ve escoltada por dos torres gemelas, y con frescos en su interior de tres naves, pintados por Guglielmo Borremans. En la plaza también se encuentra la iglesia de San Sebastián y la fuente de Neptuno, que fue realizada en bronce por Tripisciano.
El ‘gemellaggio’ de la Semana Santa de Ávila con la Settimana Santa de Caltanissetta se producirá en la ciudad siciliana el sábado 7 de mayo. Y se hará teniendo como testigos a los distintos monumentos esparcidos por el casco histórico y, sobre todos ellos, el palacio de Moncada, edificio del estilo barroco imperante en sus calles. Desde el 31 de marzo, una vez franqueada su fachada, con decoración a base de figuras humanas y animales, acogerá su interior la exposición fotográfica de la Semana Santa de Ávila, que permanecerá abierta al público hasta que finalicen los actos programados por la Comisión Coordinadora local de la Settimana Santa.
Este hermanamiento tendrá como broche de oro la multitudinaria procesión de San Miguel Arcángel, patrón de la ciudad, que recorrerá las calles el domingo siguiente, 8 de mayo. Los representantes abulenses desfilarán con sus anfitriones, integrantes muchos de ellos de alguna de las siete cofradías o asociaciones de la ciudad hermanada, como son las de Jesús Nazareno, Asociación Teatro de la Palabra, Real Maestranza, Piccoli Gruppi, Jueves Santo, Devoti Fogliamari y la Asociación de Jóvenes por la Identidad Nissena.
Antes de que eso ocurra, se habrán celebrado en Caltanissetta los numerosos actos programados durante la Semana de Pascua, en la que toda la ciudad se reviste de insolita belleza. Como dicen los propios nissenos, «no se trata de una belleza exterior, sino de algo que procede de lo más hondo del sagrado y mágico ritual que encuentra en la Semana Santa el momento ideal para manifestarse libremente».
Y esto es asñi, porque Caltanissetta fundamenta su más pura identidad en esa semana de primavera que anuncia la Pascua. Es cuando la ciudad entera se convierte en un immenso teatro, día tras día, desde el Domingo de Ramos hasta la Resurrección, dando vida a antiguas tradiciones, en las que priman sus procesiones de intensa espiritualidad y que conservan el mismo sabor de tiempos remotos.
En los prolegómenos, los dos principales actos del sábado 31 de marzo en Caltanissetta, inmediato al Domingo de Ramos, tendrán lugar en sendos edificios de la ciudad: en el Palacio Municipal podrá contemplarse, a partir de las 16,30 horas, la exposición del Capitán de la Real Maestranza de la ciudad y, dos horas más tarde, será el palacio de Moncada quien ceda por unos días a la ciudad de Ávila el protagonismo de sus salones de la primera planta pues, a las 18,30 horas está previsto que las autoridades locales abran la muestra titulada ‘Imágenes de la Semana Santa de Ávila’, junto a la exposición fotográfica ‘Scatti d´autore’, de Vincenzo Leonardi, que presentará la antes citada asociación Real Maestranza.
Una pena para la embajada abulense en la ciudad siciliana hermanada seguramente sea que no tendrá tiempo de conocer en este encuentro la belleza de la mayor isla del Mediterraneo, ni la riqueza del pasado histórico y artistico conservado. Y volverán.
EL ESPOSO DE MARÍA DÁVILA
Entre la afinidades directamente relacionadas entre Ávila y Sicilia, al menos, desde el sigo XV, se encuentra la estancia en la isla italiana de Fernando de Acuña, como correspondía a su condición de virrey de Sicilia, entre los años 1489 y 1494, y de su esposa la virreina María Dávila, más conocida en su ciudad de origen por la plaza que lleva su nombre que por su impagable dinamismo en favor de las necesidades sociales y religiosas de la época, a caballo entre los siglos XV y XVI.
Doña María Davila, cuyo sepulcro de Vasco de la Zarza se encuentra en el convento abulense de Las Gordillas, regresó a Ávila tras la muerte en Catania del virrey, su segundo marido, cuyo enterramiento se encuentra en la capilla de Santa Ágata de la catedral de Catania, población que sigue en importancia demográfica en la isla de Sicilia a la populosa Palermo, apenas a 90 kilómetros de Caltanissetta.
Investigaciones sobre los hechos, a mí facilitadas, indican que tras fallecer Fernando de Acuña, María Dávila continuó en Sicilia cierto tiempo, debido a la necesidad que tenía de resolver problemas personales pendientes, entre los que se encontraba dar cumplimiento a las últimas voluntades del virrey, su marido, que le había quedado heredera universal. Según las mismas fuentes, es indudable que el virrey quería enterrarse en la capilla de Santa Ágata, de la Catedral de Catania, un asunto sobre el que habría cambiado impresiones con María Dávila y con los responsables de la Catedral. Anticipó a tal fin algunas circunstancias del sepulcro en alabastro, realizado por Freri, que puso de manifiesto en una de las cláusulas de su capellania.
Durante el XXIV Encuentro Nacional de Cofradías celebrado en Crevillente del 21 al 23 de octubre de 2001, se produjo un productivo contacto entre miembros de la Junta de Semana Santa de Ávila, encabezados por el presidente Emilio Iglesias, y los representantes de la Semana Santa de la ciudad siciliana de Caltanissetta, que asistieron invitados a los actos previstos en la ciudad alicantina, tras haberse hermanado el año anterior.
Cerca de 600 personas participaron en este encuentro, de las que 30 procedían de la isla siciliana y 16 integraban la expedición de Ávila. Tras dar la bienvenida a todos los asistentes, el alcalde de Crevillente, César Asencio, aludió a la resolución del expediente de solicitud de la declaración de Interés Turístico Internacional para la Semana Santa de la localidad anfitriona. Se trata del laborioso y semmejante expediente que la Junta de cofradías abulenses está iniciando con la intención de completarlo para alcanzar esa misma y anhelada declaración. Una de las referencias para lograrlo es el próximo hermanamiento con la Comisión Organizadora de la Semana Santa de Caltanissetta, siguiendo los pasos que llevó a cabo Crevillente en 2010 con esta misma localidad italiana, al igual que hiciera anteriormente la hermandad sevillana de Las Aguas.
Esta singular circunstancia ha sido una de las novedades presentadas este año por la Junta de Semana Santa de Ávila tendentea conseguir ser declarada de Interés Turístico Internacional. Para ello es necesario concluir el expediente exigido, que impone conseguir diez impactos internacionales en otros tantos medios de comunicación, ya sea prensa, radio o televisión.
El encuentro de Crevillente entre las delegaciones de Ávila y Caltanissetta se fundamentan en esa condición ‘sine qua non’ que ha movido a los directivos de la Junta de Semana Santa de Ávila a organizar un hermanamiento con Comisión Organizadora de la citada Settimana Santa de la ciudad siciliana, una de las más conocidas e importantes de Italia, de tal modo que compartan entre ambas agrupaciones cofrades exposiciones de fotografía en ambos países, entre otros actos, antes de promocionar la semana Santa de Ávila en Francia, en Villeneuve-sur-Lot concretamente.