El gran secreto de Pilar de Valderrama

D. Casillas
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Alicia Viladomat presentó el libro en el que reivindica la valía literaria y la valentía de su abuela, una poeta, dramaturga y agitadora cultural que fue musa de Machado y lo mantuvo en silencio

Alicia Viladomat, 'nieta única' de la poeta y dramaturga Pilar de Valderrama, mujer muy adelantada a su tiempo que a principios del siglo XX cometió osadías tan difíciles y para muchos imperdonables como escribir, publicar y además tener éxito, y asimismo relacionarse con los principales intelectuales del momento e incluso organizar tertulias, presentó en Ávila el libro en el que, basándose en documentación de su antepasada y en la experiencia vital que compartió con ella durante más de dos décadas, cuenta la vida de una persona valiente, inteligente y muy culta que es menos conocida de lo que por sus méritos merece.

Pilar de Valderrama. Memorias de un gran secreto es el título de este libro, que su autora explicó que «es la consecuencia de un legado que nos dejó mi abuela en muchísimas cajas con montones de documentos, fotos, escritos, cartas.., a los que he dedicado varios años de estudio». La primera parte del libro la llenan doce capítulos en los que Alicia Viladomat habla de «diferentes temas en relación a los 22 años que viví con ella, y en los que me confió su secreto» de la relación con Machado, «pero lo dejó todo perfecto en ese archivo para que yo pudiera ir encontrándolo, que es justo lo que estoy haciendo». La segunda parte es «la publicación completa de sus memorias, que ella escribió y dejó listas para que mi madre y mi tía las publicaran a su muerte, ya que ella en vida no quiso decir nunca que era la Guiomar de Antonio Machado».

Aparte de que fuese musa y gran amor del poeta Antonio Machado, Pilar de Valderrama, afirmó su nieta, «fue una mujer importantísima por ella misma en la literatura española que también influyó mucho en la política del momento y de después. Fue una mujer muy adelantada a su tiempo en todos los sentidos, muy inteligente, muy valiente y muy discreta, cuya mayor característica fue la templanza». 

En lo literario, recordó, «mi abuela publicó cinco poemarios con las mejores editoriales del momento, que no publicaban a cualquiera, y también escribió cuatro obras de teatro». En lo social, demostrando quizás un poco más esa decisión de adelantarse a su tiempo fuesen cuales fuesen las consecuencias, «fue una gran defensora del voto de la mujer y creó los salones literarios en su propia casa, toda una osadía».

Con el manejo de ese enorme conjunto de datos que demuestran la grandeza intelectual de su abuela, lo que ha hecho Alicia Viladomat es no sólo dar fe de esa producción literaria de una mujer que ya en aquel tiempo se convirtió en una destacada «gestora y promotora cultural», sino también «reivindicar esa enorme valía, desconocida por la mayoría de los españoles».

Reflexionó la autora del libro que «si yo no hubiese llevado a cabo ese trabajo de estudio de todo el legado de Pilar de Valderrama seguramente no lo hubiese hecho nadie, porque soy hija única, nieta única y sobrina única, y he apostado por esta tarea de reivindicación de mi abuela, que es una gran satisfacción al tiempo que una gran responsabilidad».

Todos esos argumentos, insistió, hacen que sienta que descubrir los muchos valores de su abuela al público actual tenga también «algo de acto de justicia», ya que «hay que tener en cuenta que estamos hablando de los años 20 del pasado siglo, cuando había poquísimas mujeres que pudieran destacar, sobresalir o ser conocidas por su escritura, por su valentía personal y su valía intelectual».

Sobre el por qué de mantener en secreto su relación con Machado, comentó Alicia Viladomat que «era una mujer casada con un hombre muy importante intelectualmente hablando, pero que tenía un problema 'de faldas' que le llevó a traicionarla; ella nunca quiso separarse, algo que era muy difícil en aquella época porque si lo hacías probablemente perdías a tus hijos, pero aparte tenía con él una buenísima relación aunque no a nivel íntimo».

En parte fue por eso por lo que «no quiso nunca confesar públicamente su secreto de la relación con Machado, tampoco a mí los 22 años que viví con ella, pero era tan inteligente que lo dejó todo escrito para que se publicase una vez que hubiese muerto. A mí todo eso me llegó en el momento exacto y en la pandemia, con mucho tiempo para mí sola, me dediqué a organizar todos sus poemas y otras producciones, y este libro es en parte fruto de todo ello».

Pero no se acaba en este volumen todo lo que Alicia Viladomat puede y quiere contar sobre el apasionante legado literario y personal de su abuela ya que, explica, «me queda mucho por hacer todavía, porque llevo escrutado solamente el 70 por ciento, más o menos, y todavía me quedan muchos proyectos que llevar a cabo».