"Los legados culturales nos diferencian pero no nos enfrentan"

David Casillas
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El dúo Fetén Fetén cierra este sábado la Temporada de Otoño de Juventudes Musicales ofreciendo su original música en el Lienzo Norte

"Los legados culturales nos diferencian de otros pero no nos e - Foto: syx

Fetén Fetén, dúo que ha conseguido hacerse un hueco en el amplio panorama de la música tradicional española con los argumentos de la calidad y una originalidad muy singular, a los que suma un humor a veces didáctico que es siempre muy coherente y agradecido, cierra este sábado la Temporada de Otoño de Juventudes Musicales de Ávila con un recital en el Lienzo Norte que es una excelente oportunidad para escuchar de cerca a una agrupación burgalesa que no conoce fronteras.

Diego Galaz, a cuyo cargo están instrumentos –clásicos o revolucionarios– como el violín, el violín trompeta, el phonoviolín, el serrucho o la mandolina, atendió a Diario de Ávila para contar a sus lectores un poco de lo mucho que ofrecerán en esta cita.

Bienvenidos de nuevo a Ávila

Gracias. Ávila es siempre una buena plaza para actuar, musicalmente hablando, y estamos muy contentos de poder volver a estar en un sitio tan especial como el Lienzo Norte, un espacio precioso y muy apropiado para nosotros. Y estamos muy contentos también de la invitación que nos ha hecho Juventudes Musicales de Ávila, que son los causantes de que podamos volver a actuar en esta ciudad.

¿Cómo explicaría esa música suya que mezcla lo tradicional con la innovación, respetando mucho la raíz secular de este arte?

En los tiempos que estamos viviendo podemos entender que el pasado es revolucionario, porque si nuestros abuelos y abuelas pudieron hacer música con una sartén y unas cucharas, sobrevivieron a tantas carencias y nosotros con todo lo que tenemos ahora parece que lo estamos pasando tan mal, es que quizás algo de revolucionario tiene lo de antes, también la música.

Nosotros no decimos que cualquier tiempo pasado fue mejor, que puede ser un ejercicio de nostalgia, pero sí que reivindicamos en nuestra parcela, que es la artística, que lo de antes es importante, que esa herencia también crea nuestra propia idiosincrasia y que los legados culturales nos diferencian de otros pero no nos enfrentan. Y ser conscientes de eso es muy importante, porque a veces perdemos nuestra capacidad de reconocernos como castellanos, una identidad que va más allá de las banderas y de la política. Tenemos una cultura popular ejemplar y maravillosa y nosotros la defendemos con nuestra música. 

Y será muy buena cuando han pasado los siglos pero continúa estando ahí y sigue siendo capaz de emocionarnos, ¿no? 

Algo así ocurrirá, sí, porque si seguimos haciendo música con unas cucharas, escuchamos con gusto a Mayalde o continuamos disfrutando con cualquier grupo folk que nos recuerda lo de antes y nos sigue sacando una sonrisa es que ahí hay mucha riqueza, y ¡qué bien que así ocurra!

Un legado que, por fortuna y gracias a músicos como ustedes, no hemos tenido la desgracia de perder.

Se ha descubierto hace poco que igual que heredamos las narices y otras características corporales de nuestros abuelos o de nuestras abuelas, existe también un gen que tiene que ver con lo emocional y lo cultural. Yo creo que cuando tocamos una jota, por ejemplo, la gente se identifica con ella, y más en nuestra tierra, en nuestra querida Castilla, pero pienso que, además, esa mirada al pasado es divertida y nos hace sentir bien. Esta música alberga algo que tiene que ver con lo más excelso de este arte, tiene armonía, tiene ritmo, tiene belleza, tiene sutileza y eso es algo que se está perdiendo en parte de las nuevas músicas, y por eso considero que es muy vigente reclamar que lo nuestro es divertido y es también emocionante.

Además de por la buena música, ofrecida de forma original, también apuestan por el humor como un atractivo más de sus conciertos.

Nosotros no hacemos un espectáculo circense ni específicamente de humor en nuestros conciertos, pero sí es verdad que lo incorporamos porque consideramos que es fundamental y porque nos gusta mucho. Jorge y yo creemos que la 'cuarta pared' que suele existir entre el artista y el público es a veces muy alta, y a nosotros nos gusta romper esa barrera poniendo humor entre canción y canción, porque te acerca mucho a los espectadores haciendo un chiste o explicando cómo puede sonar un serrucho.

Explique eso de hacer sonar un serrucho, porque 'suena' entre increíble y divertido.

Hacer música con un serrucho, o con una silla de playa, es un ejemplo claro de cómo funciona nuestro espectáculo: cuando lo sacamos y lo mostramos como un instrumento musical más la gente se ríe, cuando empieza a sonar se sorprende y abre la boca, y cuando escucha cómo es capaz de sonar el público se emociona. Conseguir esas tres fases es un logro tan grande que consideramos que no podemos aspirar a más en un concierto.

Tras tan interesante prólogo, ¿nos podría resumir qué es lo que van a ofrecer en su concierto en Ávila?

El año pasado arrancamos en el Circo Price de Madrid con un concierto muy especial, un espectáculo titulado Raíces con el cual queremos poner sobre el tapete esas canciones nuestras que están especialmente influenciadas por la música popular, y también canciones populares, muchas de ellas castellanas, que nos han servido de inspiración. Todo eso está aliñado también con nuestros instrumentos insólitos y diferentes, como la flauta silla de camping, el serrucho o las cucharas, y todo eso es lo que vamos a interpretar para el buen público abulense, que es melómano tal y como siempre nos ha demostrado. 

¿La música sencilla puede ser muy poderosa, muy capaz de emocionar?

Sin duda, y la emoción es una de las principales aportaciones que puede hacer la música cuando es buena. Nosotros todo ello lo intentamos ofrece en un concierto para todos los públicos y todas las edades, y buscando siempre que tengan una sonrisa durante todo el espectáculo.

Haciendo un poco de paralelismo, ¿igual que con alimentos 'pobres' y con sobras se hacían comidas deliciosas como las revolconas o las migas, también con instrumentos muy humildes se puede hacer música de primera?

Sin duda. Sólo hay que ver vídeos de pueblos de Ávila en donde hay unas señoras cantando mientras otra toca un almirez, y con sólo eso consiguen sacar la grandeza de la música. Insisto en que no hay que hacer apología de la pobreza, pero sí que pienso que el pueblo castellano tiene que llevar con mucho orgullo esa verdad de que siempre ha sido capaz de hacer mucho con muy poco. Igual que hemos sobrevivido durante siglos con poca agua y hemos conseguido criar magníficos pastos con pocas montañas, hemos creado una música que alberga una sencillez llena de poderío, y creo que ese gran valor nos puede mostrar un camino para seguir defendiendo, más allá de las banderas y de las luchas, esa idiosincrasia propia que además nos hace más amigables con el resto de culturas. 

Y reivindicando que sencillez no es para nada ni simpleza ni pobreza, sino a veces todo lo contrario.

Yo creo que en el mundo en el que estamos ahora mismo la sencillez tiene que ver con complejidad, porque nos están vendiendo la sencillez como algo imposible de encontrar, por ejemplo una tarde libre sin necesidad de estar pendiente de ninguna comunicación; parece que disfrutar de lo sencillo, que a veces es lo más importante, se está volviendo cada vez más complejo, pero no por ello tenemos que dejar de intentarlo.