Sobresaliente. 4,7 puntos de 5. Ésa es la nota que los internautas le dan en Google Maps a La Rosa Negra, un local de ocio nocturno donde la música es protagonista. Pero lejos de modas, aquí lo que suena es rock y heavy. De hecho, este garito de la calle Virgen de Covadonga se ha convertido en uno de los locales imprescindibles para los rockeros y metaleros no solo de la capital abulense sino también para turistas que tras su tour diurno por la ciudad deciden también conocer la noche abulense. «Ayer mismo vinieron tres ingleses recomendados por las reseñas de Google», explica Carlos Mayo García, a quien nadie conoce por su nombre y al que todos llaman desde hace años Wasp. Y es que la relación de este abulense con el ocio nocturno viene de lejos. Empezó en 1989, con 18 años, en El Tren, local que estaba en la calle Cuartel de la Montaña, para pocos años después abrir un local propio, el Pocoloco, en la calle Virgen de Covadonga. Hace justo 15 años, de hecho el aniversario se ha celebrado este sábado, Wasp se movió unos metros por esta misma calle, hasta el número 29, para abrir La Rosa Negra, local en el que este hostelero siguió apostando por el rock y el heavy.
Los temas de AC/DC, Iron Maiden o Metallica comparten tardes y noches en este local con otros de bandas españolas como Mago de Oz, que protagoniza uno de los carteles que cuelgan de las paredes de este bar, Ars Amandi o Dünedain, la banda de Madrigal de las Altas Torres.
Wasp, que también fue promotor de conciertos como socio de la empresa Tukuman, cuya otra mitad es Pedro Villaverde, ha hecho de la música la seña de identidad de La Rosa Negra donde, sin embargo, cuenta, no organiza conciertos en directo. Eso sí, dice, aquí los clientes tienen la libertad de pedir canciones, siempre y cuando, reza un mensaje que está gran parte del tiempo proyectado en la pantalla de televisión, los temas que se pidan sean de género rock o heavy. Aquí no hay cabida para otros géneros.
«El covid ha cambiado las costumbres de la gente, que desde la pandemia sale antes y se recoge también antes», apunta Wasp que sin embargo habla con orgullo de su clientela, gran parte de ella muy fiel y que en algunos casos llevan frecuentando sus negocios desde hace más de 30 años.
«El público de rock es de Mahou verde», reconoce el dueño de La Rosa Negra cuando se le pregunta por la consumición estrella de este bar que también acoge celebraciones privadas como cumpleaños, bodas y otros.
'Lo llevo en la sangre', de Zenobia, y 'La última y nos vamos', de Cableados, son los himnos de este local, donde además de la música los dardos también tienen su lugar con dos equipos: Las Pocolocas (de los más antiguos e Ávila) y La Rosa Negra.