El vinilo y su época de oro

E.Carretero
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Fernando Mancebo dejó Madrid en la pandemia para trasladarse a El Barraco, el pueblo de su familia. Allí no solo encontró tranquilidad sino también las ganas de volver a dedicarse al negocio discográfico lo que le llevó a montar una tienda 'Pop up' d

El vinilo y su época de oro - Foto: Isabel García

Fernando Mancebo es una de esas personas que han hecho de su afición un medio de vida. Y es que este madrileño aficionado a la música desde que tiene uso de razón empezó a trabajar en la industria musical siendo muy joven. Primero como crítico y colaborador habitual en las revistas 'Heavy Rock' y 'Kerrang', ambas de Mariskal Romero, uno de los pioneros de la radio y prensa musical rokera en España, con el que también colaboró en sus programas de radio.  

Tras esa experiencia, Fernando, que de aquellas ya era aficionado a coleccionar discos, inició una carrera profesional en el sector discográfico que le llevó a participar en ferias tanto en España como fuera de nuestro país y en lugares como Londres, Milán o Amsterdam para vender discos tanto nuevos como de segunda mano y prácticamente de cualquier género musical.

Esa experiencia en ferias le animó también a abrir una tienda física en Madrid en el año 2000, actividad que siguió compaginando con la asistencia a ferias de discos de las que a día de hoy, apunta en la web de su empresa, ya ha participado en más de 150 y vendido más de 9.000 discos. Sin embargo, poco antes de cumplir los 50 años y por una serie de circunstancias personales y laborales Fernando decidió dejar a un lado la música y dar un giro a su vida, lo que le llevó a formarse como psicoterapeuta, profesión que actualmente ejerce en una clínica. 

«La cabra tira al monte», afirma Fernando para explicar por qué siete años después de apartarse de la música volvió a dedicarse al negocio de la venta de discos. Y encima  a hacerlo desde Ávila. Y es que en plena pandemia Fernando, cuya familia es natural de El Barraco, decidió abandonar Madrid para trasladarse a este pueblo del Alberche junto a Raquel, su mujer. En esa mudanza no faltaron sus discos y con la tranquilidad que da el vivir en el medio rural renacieron en él las ganas de volver a las ferias y a dedicarse a la música. 

Así nació Rock Market Records, una tienda de discos 'Pop Up' cuya actividad principal se desarrolla en los centros comerciales de El Bulevar en Ávila y Las Huertas, en Palencia, mediante la instalación de  expositores temporales todos los meses del año. También es habitual, como explica, la participación en ferias de discos pero ya solo dentro de Castilla y León. «Se vive muy a gusto en el pueblo», apunta este madrileño a la hora de explicar por qué ahora trata de viajar lo menos posible y sobre todo de que estos viajes no sean muy lejanos. Nada que ver con aquellos tiempos en los que este aficionado a la música iba dos veces al año a California (EEUU) para adquirir discos originales americanos para vender luego en sus ferias por Europa. 

época de oro para el disco Los discos de Fernando, que cuenta con un catálogo de más de 7.000 referencias musicales, aunque la cifra fluctúa porque él trabaja también mucho sobre pedido,  llegan al centro comercial El Bulevar una vez al mes, en fechas que se anuncian previamente en la web de la empresa. Asegura este madrileño que su iniciativa ha tenido muy buena aceptación en parte porque  su proyecto ha venido a cubrir una carencia que tenía Ávila, donde «ya no quedan tiendas de discos», y también porque el vinilo está viviendo «una época de oro». Es más, apunta que actualmente casi todas las novedades salen en vinilo, un formato que está más de moda que nunca. 

No solo «coleccionistas de raza»,  de esos que crecieron escuchando discos, acuden a su tienda donde, asegura, la presencia de gente joven es sorprendente. «Hay hordas de nuevas generaciones que están comprando discos», afirma con evidente satisfacción y también con sorpresa al hablar de su público. «Estoy muy agradecido a la gente de Ávila», reconoce este vecino de El Barraco que vende tanto vinilos nuevos y de segunda mano como CDs y camisetas de grupos. 

Un lugar destacado en su catálogo lo tienen los vinilos de música rock y heavy de los años 80 y 90 y de grupos como Barón Rojo o Extremoduro que, asegura, son también sus favoritos y que en no pocas ocasiones le da pena vender. Y eso que él tiene su propia colección, formada por unos 1.500 discos, entre ellos algunos que nunca vendería. Habla, por ejemplo, de una edición original de época de un disco del roquero americano Neil Young, que es uno de los tesoros de su colección. «Eso no lo vendo», afirma tajante este madrileño al que la pandemia llevó a El Barraco y donde encontró la paz para volver a dedicarse al negocio discográfico.