El Valle del Corneja podría perder una parte importante de la gran biodiversidad que posee si los dos proyectos mineros a cielo abierto que se pretenden poner en marcha, Sonsoles 1.138 y Polonia 1.152, se llevaran a cabo. Así lo han alertado este fin de semana en Piedrahíta el biólogo y consultor ambiental Paco García, el profesor de Contaminación Atmosférica Rodolfo Manuel y la profesora de Biología y Geología Mara Díaz. Fue en el marco de la charla coloquio 'Valores ambientales y biodiversidad en el Valle del Corneja', una iniciativa llevada a cabo por la Plataforma No a la Mina en el Valle del Corneja y por la Asociación Vive el Valle del Corneja.
Los tres expertos desgranaron las «amenazas» y pusieron el acento no solo en la preservación de la flora y fauna del valle, sino también en la necesidad de proteger la contaminación atmosférica y conocer el valor geológico de las rocas que forman su paisaje, que a su juicio desaparecería con la minería a cielo abierto.
Tras llevar a cabo un estudio en dos de las cuadrículas del proyecto minero Polonia 1.152, Paco García subrayó la gran diversidad del valle, con 341 especies en ese territorio y varias que hay que preservar como el murciélago de herradura, la orquídea mariposa, la oruga de gran pavón o la culebra lisa. El biólogo advirtió de que hay especies en las categorías de vulnerables y 'casi amenazados', de ahí que abogara por ser especialmente cuidadoso con las alteraciones del medio. Además, señaló que en la zona afectada por el expediente Sonsoles 1.138 la biodiversidad es más alta. La sierra que hay detrás del Collado del Mirón es un buen ejemplo de ello ya que se empiezan a ver especies nuevas como la cigüeña negra o el águila imperial, ambas amenazadas, por lo que recordó que en esta zona no se podrían llevar a cabo actividades mineras a menos de un kilómetro.
El experto denunció que la empresa promotora del proyecto Polonia 1.152 «ha eludido este tipo de información en su proyecto o aporta una información incompleta, incluyendo sólo una lista de especies sin ninguna consideración sobre su seguridad y protección».
En cuanto a la contaminación atmosférica, Rodolfo Manuel observó que las empresas mineras restan importancia a las emisiones atmosféricas que se generan (incluso en la fase de investigación), cuando estas «son fundamentales». También expuso que las actividades mineras pueden alcanzar un elevado nivel de ruido con equipos y maquinarias, superando los 110-120 decibelios, y que el gas radón es otro de los peligros de la minería a cielo abierto, indicó, , «ya que entre el 3 y el 14 % del total de los casos del cáncer de pulmón están asociados a la exposición a radón y su progenie» y estudios recientes también relacionan a este gas con otros tipos de cáncer. El experto recordó que la OMS clasificó la contaminación del aire y las partículas en suspensión como carcinógenas, de ahí que abogara por tener en cuenta todos estos puntos.