La Feria de Artesanía de Ávila, que este año cumplía su cuadragésima edición, echó el cierre este domingo tras diez días de intensa actividad en la plaza de Santa Teresa y la palabra que más se repetía entre los 28 artesanos de diferentes puntos de la geografía española y de Portugal participantes en esta ocasión era «satisfacción». Yes que, como comentaba el gerente de la Federación de Organizaciones Artesanas de Castilla y León (Foacal), Félix Sanz Sastre, como organizadores de la feria con el apoyo del Ayuntamiento de Ávila y la Junta de Castilla yLeón, «ha ido muy bien y las ventas se han incrementado respecto al año anterior».
A su juicio, a ese balance positivo ha contribuido «la climatología, porque en 2023 hizo muchísimo calor y este año nos ha respetado bastante, con buen tiempo, pero sin un calor exagerado». De ahí que los artesanos estén «satisfechos con las ventas y de que el público ha asistido sin acudir en masa, pero era gente muy interesada y también mucho turista».
Uno de esos artesanos que se estrenaban en Ávila es Pedro Cortés, del taller Micifú Juegos de Zaragoza, quien aseguraba que «ha sido una buena experiencia. Es una pena que con el tiempo que ha hecho, la gente no ha salido todo lo que se esperaba, pero ha ido bien la feria». «La gente salía a la calle en horas muy concretas, cuando ya caía el sol, y eso ha incidido en que vendamos algo menos, pero la experiencia ha sido muy positiva porque Ávila es una ciudad preciosa y estamos aquí para volver si es necesario».
Otra debutante es la ceramista granadina Ana Maro, quien señaló que «las sensaciones han sido buenas. A parte de que me quito el calor de Granada, a la gente le ha gustado el producto y yo me voy contenta porque he cubierto las expectativas. No ha sido la mejor feria en la que he estado, pero no ha ido mal».
Pero evidentemente, las opiniones no son unánimes y uno de los 'veteranos' de esta feria, a la que acude desde 2017, es el abulense Rubén Rueda, quien explicaba que «este año ha sido más floja que otro, no sé si por el calor». «Aquí en el Mercado Grande hay más gente, porque es un lugar de paso casi obligado, pero en el Rastro el que iba era para comprar, y es que más público no quiere decir más ventas y este año ha habido gente por la feria, pero las ventas han bajado un poco».
Sobre su ubicación en la plaza de Santa Teresa, el gerente de Foacal, Félix Sanz, comentó que «es un espacio tradicionalmente dedicado al mercado en Ávila y eso ayuda mucho a todo el mundo, porque todos los turistas pasan por aquí y es además un espacio muy amable y perfecto para realizar una feria de artesanía». En ese sentido agradeció al Ayuntamiento «que tenga esa conciencia de apoyo al sector de la artesanía» y a ferias de estas características que, como indicó, «no solo son buenas para los profesionales y empresas artesanas que venden su producto, sino también para las ciudades, porque no solo son espacios de venta, sino también espacios de ámbito cultural y patrimonial que permiten al ciudadano acercarse a oficios y tradiciones, porque son los propios artesanos los que están vendiendo sus productos».