«Me di cuenta de que soy más feliz en España»

B.M
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Carol-Ann Amaro, una francesa que vive en Ávila, narra su experiencia

«Me di cuenta de que soy más feliz en España» - Foto: Isabel García

Carol-Ann Amaro es una francesa con nombre americano. ¿Por qué? Porque su padre le puso el nombre de una famosa película de los 80. Y aunque cuesta recordar cuál puede ser… ella aclara que Poltergeist. Todo un inicio para la vida de esta joven de 26 años que ahora vive feliz en Ávila, en una tierra que le gusta mucho más que la francesa y donde ve su futuro.

Criada en una ciudad a una hora de París su vida de niña fue «fácil, normal» para esta chica de padre español y madre francesa. Cada verano venía a España, a Ciudad Rodrigo, de vacaciones y le metieron en la cabeza venir a estudiar aquí, lo que finalmente hizo en la Politécnica de Zamora con estudios de Ingeniería Mecánica. Aunque le gustó, finalmente no terminó la carrera puesto que para ella la llegada del covid supuso un cambio en su vida. «Fue todo muy complicado, fue diferente y al volver del covid decidí dejar a mi padre tranquilamente vivir su vida y ponerme a trabajar y desde entonces trabajo en hostelería y estoy bastante contenta», dice.

La frase que marca su camino es tajante: «Me di cuenta que soy más feliz aquí en España que en Francia. La cultura es diferente, la gente es más amable, más abierta de mente y se está más a gusto y me siento mejor aquí». Y esto lo descubrió tras pasar sus primeros 19 años en Francia y llegar a España en 2017. Tras su paso por la universidad decidió hacer «unas formaciones en Salamanca» para ir después a trabajar a Valladolid tras la pandemia. Y de ahí a Ávila en abril de 2023 donde llegó de la mano de quien entonces era su pareja. «Me vine para estar con él» porque para ella era más fácil «encontrar trabajo en cualquier lado» y esto le sirvió para descubrir que le «gusta mucho Ávila. Es muy tranquila y se está muy bien».

Ahora tiene una vida sencilla en la que cada día se levanta, limpia la casa (aunque «alguna vez se me da pereza y pongo el robot aspirador») para después prepararse e ir a trabajar, en este caso dependiendo del turno, aunque generalmente es partido. También tiene tiempo libre por la tarde para hacer la compra o estar con su familia. Después, si le toca, vuelve por la noche al trabajo.

Ahora está con su padre (viviendo temporalmente con ella) y su actual pareja, aunque su progenitor se acaba de ir a Francia a pasar la Navidad con su hermano.

Y es que Carol-Ann tiene tres hermanos y ella es la pequeña. Los demás están en Francia y no les ve tanto como le gustaría. «Por ejemplo, en julio, fui a verles. Pasé allí tiempo con ellos. Eso sí, tengo tres hermanos y al del medio llevaba siete años sin verle, porque era complicado. Entre su trabajo y mis estudios o el trabajo que tuve después era complicado ir a verle, porque no podíamos compaginar los días. Pero tenemos contacto por WhatsApp».

Es clara cuando dice que, más allá de su familia, de Francia echa de menos «poca cosa» porque se siente «mejor aquí» porque «la gente es mucho más agradable aquí. Aunque digan que los españoles son amargados, son gente que no tienen idea de lo que es vivir allí, en Francia. La gente no disfruta la vida, no se ríe. Aquí la gente es más agradable».

Así que tiene claro que aquí está su destino, porque también disfruta de «la calma» de Ávila, aunque quizá falte algún sitio donde ir los jóvenes (no discotecas, matiza). Ella aprecia lo que ofrece esta ciudad para la vida de adulto. «Por eso decidí quedarme aquí», concluye.