El caso de Eugenio Sánchez de Cuns, y de toda su familia, es digno de estudio. Todo un ejemplo de longevidad que sigue sumando aniversarios y este jueves cumplía 104 años en su Piedralaves natal, localidad en la que nació un 11 de enero de 1920, donde ha pasado toda su vida, salvo un breve periodo de tiempo durante la Guerra Civil y la postguerra donde tuvo que emigrar a tierras asturianas, y donde sigue viviendo hoy en día, gozando de una salud envidiable.

Uno de sus cuatro hijos, Eugenio, narra a Diario de Ávila que la vida de su padre siempre ha estado vinculada al trabajo en el campo, primero como pastor y sus últimos años de actividad laboral con una pequeña explotación de vacas de leche. 

En esta larga trayectoria vital, Eugenio ha tenido como compañera de viaje a María de los Ángeles Jiménez García, la que fue su mujer durante 71 años. Desgraciadamente fallecía el pasado mes de septiembre, con 98 años de edad. 

Fruto de ese matrimonio nacieron sus cuatro hijos, y la familia ha ido creciendo con el paso de los años, y hoy en día Eugenio cuenta con ocho nietos (seis varones y dos mujeres), doce biznietas y un biznieto, el último en llegar a este mundo y en contribuir a que siga aumentando una familia que es muy reconocida y querida en la localidad.

Su hijo explica que Eugenio que, a pesar de lo avanzada de su edad, «mantiene sus facultades intelectuales en plenitud, y las físicas en un 80 por ciento, ya que precisa un andador para caminar». Pero esa circunstancia no le impide que siga viviendo en su casa, atendido por una cuidadora y, por supuesto, por sus hijos. 

El secreto de su longevidad debe estar en «los genes» y es que el padre de Eugenio llegó a los 103 años, y uno de sus hermanos hubiera hecho los cien años el año pasado, pero falleció durante la pandemia de la covid. Y es que de los nueve hermanos que eran, la mayoría superaron los 90 años.

La celebración de este 104 aniversario se vivió con gran alegría por parte de la familia, que se reunieron en torno a Eugenio en la tarde noche del pasado jueves, y ahí no pudo faltar la tarta de cumpleaños y el pan grande con el que le obsequian los panaderos cuando hay acontecimientos especiales de este tipo.

Una gran velada donde Eugenio demostró que mantiene intacto su sentido del humor y se atrevió a contar algún chiste, y es que, como reconoce su hijo, «es muy dicharachero».